La familia no pudo celebrar el cumpleaños número 30 a Glenda Karina Chévez Herrera el pasado 22 marzo, al contrario lo pasaron entre la incertidumbre y el dolor de no saber nada de su paradero.
Glenda desapareció sin dejar rastro el pasado miércoles 10 de marzo. Fue vista por última vez en la colonia San Juan 2, en las cercanías de Ciudad Real, en Santa Ana.
Glenda Karina vivía sola en un cuarto que rentaba y trabajaba como vendedora en un negocio de venta bebidas.
Concepción Chévez, hermana de Glenda, narra que supieron de su desaparición hasta el viernes 12 de marzo, cuando amigas de ella se comunicaron para comentarles que llevaba dos días sin llegar al lugar de su habitación, sin contestar llamadas y mensajes. “Nosotros le llamamos muchísimas veces pero siempre nos tiraba al buzón”, dice Concepción.
Las amigas de Glenda notaron que el jueves en la mañana fue la última vez que le caían los mensajes en WhatsApp, pero ya no los leía.
Gloria Herrera de Chévez, madre de Glenda, al enterarse de que su hija estaba desaparecida, fue hasta el cuarto donde ella vivía y encontró las pertenencias en orden, solo notó un detalle: que la luz estaba encendida, por lo que presume que cuando salió y ya no regresó era de noche.
Gloria comenzó la búsqueda de su hija en delegaciones policiales, bartolinas, hospitales y morgues sin encontrar rastros de ella hasta el momento, cuando han pasado 16 días. Tampoco las autoridades le han notificado nada sobre el caso, cuya denuncia fue puesta el 12 de marzo.
“Nosotros lo que queremos solo es encontrarla y primero Dios que la encontremos, porque esto es desesperante” agrega con preocupación la señora de 59 años.
Un grupo de amigos de Glenda realizaron una campaña de pega de carteles con la información de la joven desaparecida y han creado un grupo de Facebook para apoyar la búsqueda.
Glenda vestía unos zapatos blancos con una cinta negra y una blanca, una piernera negra con azul y un jeans celeste roto, entre las señales especiales que la identifican están los tatuajes artísticos en ambos brazos. En el brazo izquierdo sobresalen unas letras chinas.
La zona donde Glenda vivía sola desde hace diez años tiene presencia de la Mara Salvatrucha, según lo muestran los graffitis en algunas paredes de las viviendas.