Brenda Oriana Rosales Navarro, una joven artista transgénero que se graduó en 2006 de la licenciatura en Artes Plásticas de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de El Salvador (UES), festeja doblemente que el máximo centro de estudios reconoció el 24 de noviembre su trayectoria profesional y además el diploma que le otorgó lleva el nombre con el cual se identifica.
En la ceremonia, que se llevó a cabo en el Teatro Universitario, también se honró el esfuerzo y labor de 12 estudiantes de distintas carreas que han sacado cum honorífico, así como otros seis graduados que han puesto en alto el nombre de la institución y contribuido a mejorar el país durante el ejercicio de su profesión.
Rosales, quien tiene 44 años y desde antes de graduarse trabaja como diseñadora, escultora y pintora bajo el seudónimo BORN, calificó como “un precedente” positivo para el país y la comunidad LBGTI el hecho de que las autoridades de la UES le hayan entregado el diploma con este nombre y no con el que aparece en su DUI.
“Claro que es un precedente, porque donde hay voluntad existe el cambio, porque en ello se puede ver de que ya los estigmas de discriminación se van quitando poco a poco, porque aunque sea un cambio significativo ya es un avance”, indicó la artista originaria de Paraíso de Osorio, en La Paz.
BORN nació en el hogar formado por Francisco Rosales y María Concepción (ya fallecida) y es la segunda de tres hermanos. Cumplió su sueño de terminar su carrera en artes por medio de una beca a la que aplicó ante las necesidades familiares.
De la creatividad y las manos de esta sensible artista, en cuyo DUI y título aún figura como Bladimir, han surgido muchas obras que hoy en día son apreciadas en sitios públicos y colecciones privadas a nivel nacional y el extranjero, tal es el caso del monumento “Los Torogoces”, ubicado en la calle San Antonio Abad y la “Virgen de Fátima” en Cojutepeque.
Otros de sus legados son “El Cristo Resucitado” de la Iglesia Inmaculada Concepción de Santa Tecla; monumento a "La Raza", carretera a Sonsonate; monumento a la "Vida", en el redondel de la colonia Médica; también ha creado imágenes de Monseñor Romero; y tiene una obra en los jardines de El Vaticano, se trata de la Virgen de La Paz de El Salvador.
Brenda también ha formado parte de organizaciones de la sociedad civil, por ejemplo como voluntaria en la Asociación Aspidh Arcoíris Trans, como activista sobre defensa de Derechos Humanos y además ha participado en exposiciones colectivas con artistas de El Salvador.
“Me sentí muy especial (cuando recibí el diploma), porque es una lucha que también la universidad tiene desde la Unidad de Género donde están llevando estos temas (de identidad, de derechos de las personas LGBTI)”, comentó.
La escultora, quien por años laboró para una prestigiosa empresa que crea esculturas y hoy lo hace para el Ministerio de Cultura, considera que desde la Unidad de Género de la UES están desarrollando muy buen trabajo, y agradece que se le haya tomado en cuenta para entregarle este reconocimiento con su identidad de género.
Brenda señala que el Estado tiene varias deudas con la población trans, para el caso la emisión de una ley que permita que en todos sus documentos aparezcan con los nombres con los que se identifican, así como crear las condiciones para que tengan más acceso a la educación, debido a que muchas de ellas no culminan con éxito sus estudios porque el agobio que les genera el rechazo, el bullying y la discriminación que sufren las lleva a renunciar.
Sobre el acoso que sufren pone de ejemplo que si bien muchos amigos la han felicitado cuando han visto la noticia de que le entregaron el reconocimiento, hay muchas personas que la han tratado de denigrar porque la universidad le extendió un diploma con su nombre de género.
“Doy gracias a Dios porque ha estado conmigo en todo el camino. Es el que me guía y todo”, señala la joven.
José Danylo Ramírez, director del Centro de Género de la UES, sostuvo que las mujeres trans que estudian en esa alma máter han estado haciendo gestiones para que su carnet de estudiante, así como los títulos que extiende la institución, tengan su nombre de género con el que se identifican, pero el Consejo Superior Universitario (CSU) no ha concretado algo al respecto mientras no haya un cambio en su Documento Único de Identidad (DUI), algo que solo se podría con la existencia de una ley.
“Eso (entrega de diploma tomando en cuenta la identidad de género) es parte de lo que están demandando”, comentó.
El director del Centro de Género señaló que las actuales autoridades universitarias apoyan acciones a generar un clima de inclusión para los miembros de la comunidad LGBTI.
“Estamos (haciendo esfuerzos) desde antes del gestión del maestro Roger (Arias) y cuando en el 2017 entra como rector empezamos a trabajar más por la inclusión, que se pueda darle a las personas de la diversidad sexual y genérica la libertad que ellas merecen para poder tener un buen registro académico, y así ir construyendo relaciones de igualdad en la universidad”, apuntó.
