“Estamos en el peor de los mundos”, dice tajantemente el experto en política externa, Napoleón Campos, al dar una mirada a lo que califica “como un desmantelamiento de la democracia” en El Salvador y como los países lo miran desde el pasado 9 de febrero de 2020 con la irrupción del Ejército a la Asamblea Legislativa y la aprobación de leyes en la Asamblea que violan los Tratados internacionales y la Constitución como la Ley Alabí, que otorga inmunidad a los funcionarios públicos.
Luego el 1 de mayo, con la remoción de los magistrados de la Sala de lo Constitucional y el fiscal general por parte de los diputados oficialistas, y recientemente con la destitución de decenas de jueces en el Órgano Judicial, el presidente Nayib Bukele ahora controla los tres poderes del Estado.
“Estamos ya aislados, hemos entrado en un franco aislamiento internacional”, lamentó Campos en la entrevista matutina de Frente a Frente.
Y por si fuera poco los países que aún tenían un poco de confianza en el presidente Bukele, han cambiado su perspectiva desde que el presidente colocó como lema en su cuenta de Twitter que es el “Dictador más cool del mundo mundial”.
“El presidente cometió un gravísimo error hace unos días, cuando introduce en sus redes sociales el término de dictador más cool, esto todavía ha sido más devastador, si había en el mundo algunos visos de confianza en él, eso se desplomó, con eso no se puede jugar”, lamentó Campos.
Esto, es alarmante sumado a la crisis institucional y la reacción progresiva cada vez más aguda y más seria de países amigos que ahora ven con desconfianza al presidente Bukele, ahondó el experto.
También dijo que es falso que el mandatario diga que es una “injerencia extranjera” lo que dicen otros gobiernos respecto a El Salvador, especialmente Estados Unidos que sancionó hace poco a los magistrados “impuestos” de la Sala de lo Constitucional el 1 de mayo por haber tomado una resolución que contraviene la Constitución, incluyéndolos en la lista Engel.
“No estamos sufriendo una injerencia extranjera, es la comunidad internacional que está reaccionando a este desmantelamiento democrático”, aseveró Campos.
Añadió que las medidas antidemocráticas aplicadas por el gobierno violan los Tratados Internacionales, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 144 de la Constitución que señala que “los Tratados Internacionales celebrados por El Salvador con otros estados o con organismos internacionales, constituyen leyes de la República al entrar en vigencia, conforme a las disposiciones del mismo Tratado y de esta Constitución”.
Luego en el inciso segundo de la Carta Magna se señala que “la ley no podrá modificar o derogar lo acordado en un tratado vigente para El Salvador. En caso de conflicto entre el Tratado y la Ley, prevalecerá el Tratado”.
“¿Qué significa esto? que lo actuado por la Asamblea Legislativa desde 1 de mayo a la fecha, los decretos legislativos que ha emitido y que han tenido consecuencias, a mi manera de ver, profundamente catastróficas para la vida democrática, no solamente son nulos, porque todas esas actuaciones legislativas chocan con estos tratados y con estos convenios”, aseguró Campos.
Esto da pie a que la comunidad internacional siga haciendo los llamados a no seguir desmantelando la democracia, añadió.
La Encargada de Negocios de los Estados Unidos, Jean Manes, lo dejó sentado hace una semana que dio una entrevista al espacio de Frente a Frente, en que su gobierno continuará indagando para conocer quiénes son los que dan las órdenes para romper con la democracia y la independencia de Poderes del Estado y que al determinar esas responsabilidades podrían incluirse más sancionados a la Lista Engel.
Según Campos, el país podría ser también sometido a la aplicación de la Ley Global Magnitsky, lo que podría tener consecuencias devastadoras en cuanto a las preferencias comerciales.
Cuestionó que los diputados del oficialismo deberían estar enfocados en dialogar con los Congresistas estadounidenses para buscar una estabilidad migratoria de los más de tres millones de salvadoreños que residen en EE.UU.
En su experiencia en política externa señaló que potencias como China no miran a El Salvador como un “socio estratégico”, en su opinión al gigante asiático ya no le interesa el país, pues su objetivo de lograr el reconocimiento diplomático ya lo consiguió.
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