El director del Centro Regional de Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (Unrilec), Walter Murcia, recomienda la creación de un organismo nacional interdisciplinario para el control de la proliferación y el tráfico de las armas de fuego en cada país centroamericano.
Murcia señaló que la falta de coordinación entre los sectores gubernamentales dificulta que se pueda implementar estrategias, planes, medidas, políticas públicas para poder enfrentar los desafíos de la proliferación y el tráfico de armas de fuego.
El funcionario participó a través de teleconferencia desde Lima, Perú, en el foro “Conociendo experiencias en la creación de organismo nacional interdisciplinario para el control de la proliferación y el tráfico de las armas de fuego”, organizado por Fespad y otras oenegés.
“Se deben de establecer o nombrar, según corresponda, organismos nacionales de coordinación y la infraestructura institucional encargada de la orientación normativa, investigación y supervisión de las actividades encaminadas a prevenir, a combatir y a eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos”, dijo.
Sostuvo que varios países latinoamericanos han constituido este tipo de organismos nacionales para un mejor control de las armas de fuego y el combate el tráfico ilícito internacional.
Uno de esos países es Costa Rica y la representante de fundación Arias, Ana Yanci Espinoza contó su experiencia. “Es una tarea que no se acaba, pero se han planteado lineamientos a nivel jurídico y administrativo que ayudan a tener mayor control sobre las armas, sobre todo en manos de la población civil”, dijo Espinoza.
Murcia dijo que “estos mecanismos de coordinación sirven como órganos interinstitucionales y multisectoriales encargados de coordinar los esfuerzos de las diferentes instituciones y actores nacionales para abordar todas las cuestiones relativas a las armas de fuego y municiones”.
Agregó que “su establecimiento facilita, entre otros aspectos, el análisis, la planificación, la movilización de recursos, los procesos de toma de decisiones, el monitoreo y la evaluación de las políticas y estrategias que se definan en materia de control de armas”.
Para Murcia, la región centroamericana “es una de las regiones más violentas y que presenta los niveles de violencia armada más altos a nivel mundial, las armas de fuego también están presentes en otras expresiones de violencia llámese por ejemplo, violencia contra la mujer, violencia de género, intrafamiliar, en conflictos sociales”.
Explicó que el centro regional apoya a los 33 países de Latinoamérica y el Caribe en temas de desarme, control de armas y la no proliferación de las mismas. Este apoyo se traduce en asistencia técnica para que los estados latinoamericanos puedan cumplir con sus compromisos internacionales adquiridos en el marco jurídico internacional.