Daniel Armando Barrera Sorto está desaparecido desde el lunes anterior. El adolescente de 17 años salió a buscar trabajo al terminar su turno de 24 horas como voluntario de Comandos de Salvamento en Quezaltepeque, La Libertad, pero no regresó a casa.
A las 9:00 de la mañana, tras haber trasladado al hospital a un motociclista que tuvo un accidente, Barrera se alistaba para marcharse cuando le contó a sus compañeros que se dirigía al municipio de San Juan Opico. Ahí, cerca del Regimiento de Caballería, se iba a reunir con un amigo ingeniero, con quien iría a entregar un currículum a Santa Tecla. Eso fue lo último que supieron de él.
Esa misma mañana, el Fiscal General de la República, Raúl Melara, anunció que asignará a un grupo específico de fiscales para que atiendan los casos de las personas desaparecidas en El Salvador, ya que ese tema será prioridad en su gestión.
Douglas Alcántara, responsable de la base de Comandos de Salvamento de Quezaltepeque, recuerda que el lunes, al mediodía, le llamó por teléfono al joven voluntario para coordinar asuntos de trabajo, pero no le respondió. Daniel tampoco contestó los mensajes de otros socorristas que intentaban comunicarse con él.
La madre del adolescente supo que estaba extraviado hasta el martes por la mañana, porque su hijo no se había comunicado con ella ni había llegado a casa. Fue a la Subdelegación de la localidad para reportarlo como desaparecido.
El menor de edad, además de prestar servicio en la institución desde hace más de un año, realizaba diferentes oficios para obtener dinero: hacía trabajos de mecánica automotriz; lavaba carros y manejaba camiones distribuidores de productos.
A Comados de Salvamento se unió porque se sentía atraído por la labor que hacían para ayudar a la gente. Los compañeros recuerdan que en Semana Santa Daniel tuvo un papel muy activo en la institución.
Había recibidos varios cursos de primeros auxilios y actualmente participaba en uno de rescate.
Ni los familiares ni compañeros del muchacho saben si él estaba en peligro, porque nunca les contó que hubiera sido amenazado o tuviera rencillas con alguien.
“Él es un tipazo; es un excelente colaborador, muy entregado. Dios no quiera que le haya pasado algo malo y, si es así, perdemos a una valiosa persona. En estos tiempos, son pocos los jóvenes que abrazan esa disposición al servicio humanitario”, apunta Alcántara.
La familia pide a quien tenga información sobre el paradero de Daniel que llame al teléfono 7443-4747.
Los registros de la Fisalía General indican que en El Salvador desaparecen ocho personas por día, la mayoría tiene entre 15 y 30 años.
Las autoridades también destacan que la cifra de personas desaparecidas supera a la cantidad de homicidios cometidos en el primer semestre del año. Los registros oficiales detallan que 1,687 personas desaparecieron entre el 1 de enero y el 30 de junio; es decir, 119 casos más que la cantidad de muertes violentas que hubo en el mismo periodo, cuando se contabilizaron 1,568.