El domingo anterior en los cultos celebrados en varias iglesias evangélicas de la parte alta del municipio de Tacuba, Ahuachapán, los feligreses dejaron “en las manos de Dios” la vida de los asesinos del joven pastor evangélico José Isaac García Zaldaña.
Sin embargo, hasta ayer, el cobarde homicidio del líder religioso cometido hace una semana en el cantón El Rosario, San Rafael, del referido municipio, se encuentra en la impunidad y con pocos avances en las investigaciones.
Lo poco que se conoce por la muerte de José Isaac, es que al joven le tendieron una trampa para que llegara al mencionado cantón de donde se había ido huyendo por amenazas de los pandilleros conocidos como los Pelos Parados, quienes son hijos de un tal Vicente y de otro campesino de quien solo se le conocen como el Zumba.
En menos de seis meses, sin un programa específico, sin presupuesto gubernamental y sin existir acuerdo con alguna autoridad, José Isaac sacó de las pandillas a cinco o seis jóvenes, algo que le molestó a los pandilleros.
A principios de este año, José Isaac fue asignado como pastor evangélico de la Iglesia Profética “La Ciudad de Dios”, que funciona en la comunidad Los Pinos del cantón San Rafael, donde últimamente estaba viviendo, junto a sus padres y hermanos.
Pandillas se expanden para tener control del embalse del Cerrón Grande
Las pandillas se afincaron hace años en cantones y caseríos que bordean este humedal. Su propósito controlar toda la pesca de la zona, cometer homicidios y extorsiones, sin ningún control de la Policía
Fuentes policiales, familiares y conocidos de José Isaac dicen estar seguros de que quienes lo mataron fueron miembros de la mara Salvatrucha (MS-13), que lo habían amenazado de muerte y antes, hasta lo habían sacado de la iglesia para golpearlo en plena calle, a plena luz de día y frente a vecinos de la comunidad Los Pinos.
Familiares de la víctima también creen ciegamente que lo asesinaron en venganza por su labor religiosa pues con eso hacía mucho daño a la pandilla.
“Fíjese que él predicaba tan bonito que los pandilleros llegaban por sí solos a escuchar los cultos. Como permanecían cerca de la iglesia, ellos solitos se iban a sentar a las sillas para escucharlo”, aseguró una persona que dijo conocer muy bien el trabajo pastoral de José Isaac, pero que pidió proteger su identidad.
El asesinato de José Isaac ha conmocionado a gran parte del municipio de Tacuba, donde era muy apreciado por la labor que realizaba. Mucha gente recuerda que empezó como líder de una escuela dominical, luego pasó a ser líder de jóvenes hasta que a los 22 años consiguió ser autorizado como pastor.