“Si no me atendían iba a terminar loca o me iba a suicidar”

Pacientes describen la situación alarmante que vivieron mientras consumían drogas, pero que con la llegada al Centro Terapéutico de Adicciones han podido rehabilitarse.

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Foto EDH/Huber Rosales

Por Violeta Rivas

2019-02-12 12:15:30

Adriana, de 32 años, es una paciente del Centro Terapéutico de Adicciones, quien llegó por problemas de consumo de drogas y alcohol.

La joven describe que a partir de los 13 años consumía marihuana, crack, cocaína y alcohol.

“Vine acá (al Centro Terapéutico de Adicciones) porque ya había tocado fondo varias veces. Yo decía ‘esto es lo peor que me pudo haber pasado’, y como me sentía tan mal seguía consumiendo. Cuando llegué acá estaba desesperada porque tenía depresión, ansiedad, sentía que me estaba volviendo loca”, cuenta Adriana.

Adriana tiene una hija de nueve años, y por esa razón no pudo internarse en un centro de rehabilitación, pues tiene que cuidar de ella, lo que la llevó a buscar un tratamiento ambulatorio como el que ofrece en Centro Terapéutico de Adicciones.

Explica que de su familia, su mamá es la única que la ha apoyado en su recuperación, por lo que fue a la persona que buscó para que le ayudara a poder mantenerse en el tratamiento.

“Si no me atendían en el centro iba a terminar loca o me iba a suicidar, no creo que estuviera viva, para mí era de vida o muerte recibir el tratamiento. Hoy tengo dos años de estar aquí y he hecho amistad con otros compañeros, siento como que voy a ir a tomarme un café con amigos, así se siente estar acá en el centro”, dice Adriana.

Asegura que los cambios han sido radicales, hasta increíbles, desde su punto de vista, ya que ha cambiado hasta con el trato a su hija y su madre.

“Para mí antes quedarme callada con mi mamá era imposible, era altanera. Hoy mi mamá cuando me regaña yo solo le digo ‘está bueno’, ya no discuto, no se me nota porque ya estoy cuerda. Tenía muchos problemas con el papá de mi hija, porque él también es adicto, tenemos un proceso legal y cuando nos peleábamos yo llamaba a la Policía, y ahora ya ni peleo. Alguien que me conoció cuando consumía, saben que no soy la misma persona”, afirma Adriana.

Explica que ahora es feliz, duerme bien porque antes no podía conciliar el sueño, y asevera que ahora tiene más momentos felices en su vida que situaciones estresantes o de tristeza, y su familia ahora le tiene confianza.

“Ahora tengo llave de la casa de mi mamá y antes no tenía, porque en algún momento me llevé algo que no era mío, es más, tenía que pedir permiso, como 15 días antes, para poder llegar a su casa, y ella todo lo escondía. Hoy no cambiaría nada de mi vida, porque todo los errores que cometí me han hecho ser quien soy ahora, es lo que ha formado mi carácter”, sostiene Adriana.

Ocho años de ayudar a adictos
El Centro Terapéutico de Adicciones funciona en el país desde hace ocho años, para ayudar a personas a evitar el consumo de drogas.

Eduardo Loyola, director del centro, comenta que con mucho esfuerzo continúa con el trabajo de poder darle apoyo a jóvenes y adultos que enfrentan al problema de querer dejar de consumir drogas.

La institución actualmente está regida por la Comisión Nacional Antidrogas (CNA) y el Consejo Superior de Salud Pública (CSSP), donde atienden a adolescentes desde los 13 años hasta adultos mayores de 70 años.

“Quién es candidato a un modelo ambulatorio en el Centro Terapéutico de Adicciones? Es aquel alcohólico, drogadicto, jugador, o aquella persona que tiene una conducta obsesiva compulsiva marcada, pero que todavía es funcional, ya que la mayoría de ellos estudian, trabajan y pertenecen a una familia”, expone Loyola.

Según explicó el director del centro, la institución atiende a las personas que llegan por su voluntad a recibir el tratamiento, mediante una modalidad ambulatoria, donde en su mayoría son personas entre los 19 y los 40 años.

Wendy Araujo, médico psiquiatra y terapeuta del centro, comenta que es un equipo multidisciplinario el que trabaja con los pacientes, quienes cubren la parte clínica para los diferentes problemas de adicciones y la parte psicológica.

“Vemos también si hay algún problema asociado a una patología, alguna condición psiquiátrica o médica que esté a la par, y también vemos el abordaje familiar del paciente, y trabajamos a largo plazo para la prevención de recaídas”, indica la terapeuta.

Para iniciar con el tratamiento de un paciente, el primer paso es conocer la historia personal y familiar, luego estudian su problema de consumo y la complejidad de cada caso, para indicar el tratamiento más apropiado, en un tiempo de evaluación que dura tres semanas.

En este tiempo estiman si es conveniente también indicar fármacos al paciente que pueda tener una condición psiquiátrica.

“Tratamos al paciente y vamos a la par con la familia, porque vemos muchas veces que hay un problema familiar de fondo”, asegura Araujo.

Otro paso dentro del tratamiento es el trabajo en grupo, donde les dan las terapias junto a otros pacientes para la prevención de recaídas, autoayuda y codependencia.

Las terapias individuales son en temas sobre adicciones, prevención de recaídas, psicológicas, consulta y evaluación psiquiátrica, además de las pruebas psicométricas.

Mientras que la plataforma grupal, que complementa las terapias individuales, son los talleres guiados por terapeutas donde abordan estrategias de prevención de recaídas, habilidades para la vida y psicoeducativos, y autoayuda, donde aprenden de las habilidades de recuperación de sus compañeros.

Dentro del tratamiento también está la atención a la familia, por lo que trabajan con un grupo de autoayuda donde asisten esposas, hijas y madres.

Michele Satta, consejero en adicciones, quien atiende a los pacientes desde el proceso de evaluación, cuenta que entre los casos que ha atendido están los de jóvenes que a causa de la primera vez que consumen una bebida alcohólica en exceso son abusados, han sido víctimas de sus propios amigos con los que han compartido drogas.

Los principales casos son de jóvenes que no conocen las drogas y se aventuran a consumir algunas que afectan mucho a la salud, como el LCD, de frecuente consumo en el país por jóvenes entre los 12 y 15 años, según explica el terapeuta.

“Estas son drogas altamente tóxicas, que si tienen la suerte de tomar un “papelito” que esté normal, la única cosa que les pasará es que durante ocho horas estarán alucinando; mientras que hay unos “papelitos” que son adulterados, donde el joven queda “directo” y sufre de graves trastornos de la personalidad, y en muchos casos ya no regresan a la normalidad, por más medicamento o terapia”, asegura Satta.

Afirma que a una edad tan temprana como la adolescencia, con un daño de esta índole, es mucho más difícil que la persona lleve una vida normal en su adultez.

Impacto en la familia
Laura es la madre de un paciente de 21 años, que consumía drogas desde los 18 años.

“Mi hijo tiene varios días de estar en el centro y he visto un cambio en él. Le han ayudado en tan poco tiempo, es algo que yo no esperaba que sucediera tan rápido, un cambio tan notable”, comenta Laura.

Cuenta que el joven consumió muchos tipos de sustancias que le afectaron en su conducta y su salud, entre estos alcohol, marihuana, thinner y pega.

“No era violento pero sí se escapaba de la casa, se me desaparecía el dinero, me mentía cuando iba al colegio, se escapaba con los amigos. Para mí ha sido bien duro”, afirma Laura.

Comenta que su hijo pasó de tener las mejores calificaciones en su centro de estudios a ser un alumno deficiente, llegaba a las dos de la madrugada a su casa, hasta pasar a faltar el respeto en su casa ya que consumía las drogas dentro del hogar.

“Pero llegó un día en que él recapacitó, nos sentamos, platicamos y llegamos acá para encontrar ayuda. Tiene ya tres semanas de estar en tratamiento y me he quedado sorprendida con los cambios. Él nunca había agarrado una escoba, hacer limpieza, su aseo personal es diferente, él se ocupa de su ropa. Las amistades las ha evitado, ya no sale en la noche, eso me ha motivado y no me arrepiento de haberlo traído acá”, dice la madre.

Ahora el joven sigue en tratamiento y Laura lo acompaña. La madre del paciente cuenta que han habido ocasiones en las que el joven no quiere retirarse del centro, debido a la empatía que ha encontrado con otros compañeros del grupo y con los terapeutas.

Drogas y consumo en el país
El consejero Satta explica que la edad de consumo de drogas en el país cada vez es más baja, donde hace unos años solo eran adultos los que consumían alcohol, ahora son adolescentes los que tienen severos problemas de alcoholismo y drogadicción, menores desde los 12 años.

Algunas drogas que consumen los adolescentes son tabaco, cerveza, marihuana, donde pasan de lo legal a lo ilegal, y con el constante consumo van de hacerlo un hábito, a pasar a un vicio y llegar hasta la adicción.
Muchas veces los jóvenes comienzan a probarlas como un juego consumiendo cocaína, crack, un ácido como el LCD hasta llegar al éxtasis.

Todas son sustancias que están en circulación en el país, enfatiza el terapeuta.

“Una cosa importante para salir de las drogas es tener el apoyo de la familia, porque es muy difícil que el paciente lo haga por sí mismo, porque puede tener la voluntad, pero si en su hogar el ambiente está contaminado, donde hay un padre agresivo, alcohólico, conflictos entre padres, no es posible la recuperación, por eso atendemos al paciente y a la familia”, dice Satta.

Para poder obtener asistencia en el Centro Terapéutico de Adicciones pueden llamar al teléfono 2263-1478. O buscarlo en redes sociales como Centro Terapéutico de Adicciones El Salvador.