Actualmente 80 familias están instaladas en el antiguo botadero de basura, en la colonia Milagro de la Paz, en San Miguel.
La primer familia que llegó al terreno municipal lo hizo hace casi un año atrás, poco a poco han llegado más, la mayoría empujada por la falta de dinero para poder pagar un cuarto en un mesón u otro espacio para vivir.
Juan Carlos Solorzano y su esposa fueron de los primeros en llegar al lugar, en octubre de 2020. El trabajo de ambos es vender minutas y se fueron a vivir al exbotadero porque ya no podían pagar el alquiler de una casa.
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Ahora, la pareja busca asegurar un techo sobre su cabeza, “le pedimos a las autoridades que tienen el control de esto que nos permitan poder quedarnos, porque todos somos trabajadores ambulantes en el mercado. Necesitamos que nos echen la mano con esto”, dijo Solorzano, quien recuerda que durante las campañas electorales el alcalde electo de San Miguel y el electo diputado Calet Navarro, prometieron ayudarles de ganar las elecciones.
En el terreno de una manzana aproximadamente , deforestado y con desniveles, están construidas las champas de láminas y los cercos son puestos hasta donde el siguiente vecino lo permita.
En una de esas champas vive Hernán Cañas de 83 años, junto a dos nietas y una bisnieta. “Tenemos dos meses de vivir acá, porque donde vivíamos pagamos $60.00, pero mi dormitorio era el sanitario; la casita era demasiado pequeñita, acá yo estoy en un cuartito de 4 metros y mis nietas en el siguiente cuarto, para levantar la champa me ayudaron con los materiales”, explicó el octogenario.
No todos se han animado a construir la champa o han tenido recursos para hacerlo.
María Briones de Guandique, de 79 años, y su esposo venden periódicos y franelas, a para poder sacar adelante a una nieta de 7 años.
“Necesitamos que el alcalde saliente o el entrante nos den una respuesta y nos digan si nos van a legalizar este pedazo para comenzar hacer la champa, somos padres de familia, abuelos, ancianos, que ya no tenemos para pagar una casa y a la mayoría nos han sacado”, dijo María Briones.
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Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2019, de la Dirección General de Estadística y Censo (DIGESTYC), a nivel nacional el 51.7% de los hogares son propietarios de sus viviendas, el 21.5% son ocupantes gratuitos, el 13.2% son inquilinos, el 6.8% son propietarios en terreno privado, el 3.6% son propietarios y aún están pagando su vivienda, y el 2.8% son propietarios en terreno público.
Milagro Ochoa de 48 años y madre soltera de cuatro hijos es parte de ese último porcentaje.
Antes, ella alquilaba una casa por $75 más el pago de los recibos de servicios básicos. Su trabajo era de niñera en un colegio, pero con el cierre de los centros de estudios se quedó sin empleo. Para obtener ingresos, ahora, vende focos en el mercado. Y en cuanto a vivienda, el antiguo botadero es su única esperanza de techo para sus hijos;sin embargo el temor de ser desalojados es parte del pan de cada día.