La comunidad católica del país vivió un momento especial de reflexión en sus principios de fe, durante la vigilia del Sábado Santo hacia este Domingo de Resurrección, todo en medio de una situación difícil y anormal, pues el COVID-19 sigue acechando con posibles contagios.
Sabedores de esta situación, los encargados de las distintas parroquias del país tomaron medidas de bioseguridad y evitaron el número de personas en las actividades presenciales, para disminuir el riesgo de adquirir la enfermedad.
Así ocurrió el sábado en la parroquia María Auxiliadora Don Rúa, donde se dieron cita decenas de creyentes, pero todo dentro del estricto cumplimiento del protocolo sanitario.
Hubo toma de temperatura, exigencia de uso de mascarilla, alfombras para higiene de calzado en la entrada del templo y la habilitación de bancas familiares (personas del mismo núcleo), o en todo caso, la restricción de dos fieles por banca, con la meta de evitar aglomeraciones.
“He tenido que adecuar otros espacios de la parroquia para darle cabida a los feligreses. Tenemos el templo, los jardines internos con sillas, y la capilla de planta baja”, comentó el párroco del templo Don Rúa, José Manuel Solano.
“Para que la gente siga la Eucaristía tenemos pantallas, para que la vea toda la comunidad”, agregó.
De esta forma, las personas presentes pudieron vivir de cerca los ritos católicos propios de este Sábado Santo, como la bendición del fuego, la proclamación de la palabra y la renovación de las promesas bautismales, para finalizar con la celebración de la eucaristía.
“Se trata de un momento de encuentro, de quietud y de silencio”, explicó el padre Solano, el cual “conmemora este momento hermoso de la vigilia pascual, donde celebramos la resurrección de Jesucristo, que ha vencido a la muerte”.
Ana Esperanza Díaz de Méndez, quien ayuda en el servicio eucarístico cada domingo en el templo, reflexionó que “el año pasado no pudimos estar acá, ahora sí estuvimos en esta vigilia pascual; yo lo hago sin ningún temor al virus porque confío en la protección de Dios; pero siempre cuidándome, nosotros también debemos poner de nuestra parte”.
Por su parte, la visitante Rossy Valencia comentó que “la gente está necesitada de estos momentos de fe. Las personas están tomando las medidas necesarias, mantienen el distanciamiento y los protocolos están bien aplicados. El año pasado nos tocó vivirlo desde casa, por televisión o por internet, hoy tenemos la oportunidad de vivirlo en persona”, por lo que agradeció a Jesucristo el poder participar en este momento único y especial dentro del catolicismo.
Con la misma fe y reunidas en la alegría de que Cristo venció a la muerte, las distintas comunidades católicas amanecen hoy celebrando un Domingo de Resurrección en tiempos difíciles por la pandemia, pero acuerpados en sus creencias.