Parte de las unidades especiales de la ruta 202, aglutinadas en la Asociación de Transportistas Ahuachapanecos (Asotra) reanudaron servicio este lunes a las 8:15 de la mañana luego que desde el viernes estuvieron en paro por presuntas exigencias de dinero por parte de pandilleros.
La empresa, que tiene más de cien unidades entre especiales y ordinarios, no brindó información al respecto.
Solo algunas unidades comenzaron a trabajar; pero iban acompañadas de dos militares, tal como ocurrió en julio pasado cuando hubo una suspensión similar.
Lucia Medrano fue parte de las decenas de personas que resultaron afectadas por la suspensión del servicio de la ruta 202, que viaja entre Ahuachapán y San Salvador, y viceversa.
El lunes a las 7:30 de la mañana no había logrado viajar a la capital ante la falta de autobuses y los pocos microbuses particulares que retomaron el servicio.
Lamentó que dicha ruta siempre presenta el inconveniente; siendo los más afectados, los usuarios.
“Nos afecta bastante esta situación porque nos está costando llegar al trabajo (como doméstica) y también el pasaje le están incrementando bastante. (Usualmente) un dólar pagamos y ahora nos están cobrando $2 y $2.50”, expresó la ahuachapaneca.
Un promedio de 40 microbuses particulares retomaron los viajes hasta la capital y viceversa desde el viernes; algunos, desde entonces, han realizado hasta cinco viajes diarios.
Están cobrando $2.50; es decir un pasaje de los denominados autobuses especiales.
Algunos motoristas de estas unidades alternativas expresaron que miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) les quitaron las placas durante el recorrido, en retenes instalados sobre la carretera.
Los microbuses comenzaron a laborar desde las 2:00 de la madrugada.
Pero algunas personas han desistido de utilizar los microbuses ya que no están cumpliendo protocolos de bioseguridad para evitar el covid-19, como el distanciamiento social.
“Nos afecta de gran manera porque no se puede trasladar uno (y) si uno se traslada en esos microbuses piratas (hay) riesgo de contagiarse, y riesgo a que le vaya a pasar algo en el camino. Todos van echo puño, echaos percha”, expresó un albañil, quien prefirió omitir su nombre.
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Inicialmente fueron las unidades denominadas Estrella de Occidentes, aglutinadas en la Asociación de Transportistas Ahuachapanecos (Asotra), las que dejaron de funcionar; pero el sábado, otras diecinueve conocidas como independientes se sumaron a la medida porque uno de sus conductores fue asesinado en El Refugio, cuando iba con viaje hacia la capital.
Las autoridades no han precisado si el homicidio del conductor con la presunta exigencia de dinero de pandilleros está relacionada.
El lunes decenas de personas llegaron a la terminal de Ahuachapán para buscar trasladarse hacia sus trabajos en San Salvador.
Otra de las opciones, como en otras situaciones similares, es que las personas abordaron la ruta 210, que llega a Santa Ana, y posteriormente la 201 que va hacia la capital.
Pero esa situación ha provocado saturación de usuarios en ambas rutas, principalmente durante la madrugada, que no han dado abasto para trasladar a las personas.
Esta es la tercera suspensión de labores que realiza la ruta 202 en lo que va del año.
La primera ocurrió el 3 de junio también por presuntas amenazas de miembros de pandillas por la denominada renta.
En ese entonces el servicio fue reanudado al día siguiente.
Mientras que la segunda ocasión fue el 22 de julio por la misma razón.
El servicio fue reanudado el mismo día luego que soldados acompañaron a las unidades en parte del recorrido.
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