Ronald Alexander López Hernández, de 24 años, fue “víctima” aparentemente por el grupo de enfermedades mentales que lo hacían perder la razón hasta llevarlo a la violencia y a la depravación sexual. No es un pandillero declarado como lo asegura la Policía, pero sí tenía amistades en uno de los bastiones más fuerte que tiene la Mara Salvatrucha en el reparto Santa Teresa en el municipio de San Martín.
El rostro de Ronald Alexander atrapó la atención en los periódicos y noticieros, después que apareciera desaliñado, sanguinolento y esposado tras haber asesinado a un vigilante con lujo de barbarie la madrugada del jueves, en el interior de un bar situado entre la 17a. Avenida Norte y 3a. Calle Poniente, en el Centro de San Salvador.
El sujeto apuñaló a su víctima, le cortó la cabeza, se vistió con su camisa empapada de sangre y luego intentó violarlo. Lo que Ronald Alexander hizo con el cuerpo del vigilante podría ser producto de su enfermedad que lo atrapaba regularmente desde hace muchos años, según sus vecinos y varios especialistas.
Los expertos aseguran que los problemas mentales del sujeto, podrían estar asociados a la droga o el licor que Ronald Alexander ingería constantemente.
Según testigos, el sospechoso llegó al bar donde trabajaba Gómez y después de varios minutos tuvieron una fuerte discusión. Entre forcejeos el detenido venció a su víctima y luego usó un machete para decapitarlo en una de las habitaciones del establecimiento.
En todo ese tiempo los testigos llamaron a la Policía al escuchar el estruendo en la habitación.
Cuando los agentes llegaron el sospechoso no puso resistencia y se entregó por su voluntad ante los agentes.
En una de las habitaciones encontraron la cabeza de Gómez y manchas de sangre en las paredes, sillas y mesas.
“El señor me grito y puesí”, dijo López Hernández, cuando un periodista le preguntó ¿por qué lo había asesinado?
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El atacante le dijo a los policías que se defendió porque el vigilante supuestamente le robó un teléfono celular. Pero el teléfono no estaba en las pertenencias de la víctima. El sospechoso fue detenido a pocos minutos del hecho.
Los investigadores de la Policía indagan de otro hecho ocurrido en un bar situado en la calle Arce, donde habría participado el detenido. La Policía maneja que López Hernández habría discutido con otro sujeto pero sólo lo lesionó y huyó.
El detenido nació y creció en el reparto Santa Teresa del municipio de San Martín junto a su madre y dos hermanos más, en una modesta casa, donde hasta seis meses, Ronald Alexander vivía solo, ya que su madre y hermanos se fueron por temor a su agresividad que le atacaba durante sus crisis.
Foto/ René Estrada
Fumaba droga y vivía solo en su casa
El Noticiero de Canal 21 publicó imágenes de un repentino allanamiento que realizó la Policía en la casa 11 del pasaje 4C. En un gavetero de madera encontraron gabachas que utilizan los pacientes del hospital psiquiátrico, lo que evidencia que Ronald Alexander tenía problemas mentales graves.
La noticia detalla que el sujeto sería el responsable de haber asesinado a Israel Jovel Cabrera de 57 años, un vecino del sujeto. Las investigaciones revelan que ambos salieron a buscar leña en una de las barrancas de la referida colonia.
Otros testigos dicen que Cabrera salió de su casa a las 4:00 de la tarde del miércoles a revisar un terreno de siembra, al no regresar a su hogar, su familia lo empezó a buscar. Cabrera fue encontrado decapitado en un barranco.
Los vecinos comentan que la cabeza de Cabrera fue encontrada en una bolsa negra a varias cuadras de donde fue localizado el torso del señor de 57 años.
Nadie de los vecinos vio a López Hernández en la zona o alguna evidencia que sospechara de él.
“Acá los pandilleros cometen ese tipo de homicidios y por eso todos sospechan que ellos son los responsables. Pero al parecer López Hernández fue quién cometió el asesinato por que hay testigos que los vieron juntos”, detalló un agente policial que patrullaba la zona.
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Otro sujeto, de 57 años fue asesinado de la misma forma en San Martín.
Los que conocen a la familia del sospechoso cuentan que su madre es una vendedora de flores del mercado de San Martín y otros lugares. Hace años lo intentó internar en el psiquiátrico pero su hijo se negaba a permanecer en el lugar y tomar sus medicamentos.
El 23 de julio de 2014, Ronald Alexander tuvo su primer problema con la Policía, ya que cuando se percató de la presencia de los agentes que patrullaban en la zona, desarmó su teléfono celular y quebró el chip.
En esa ocasión fue retenido, su edad era de 20 años y Policía lo calificó como un colaborador de la MS que se dedicaba a “postear” (vigilar). Su alias era El Pocahontas, medía 1.60 metros, su peso era de 125 libras y no tenía tatuajes alusivos a la pandilla, sólo lo identificaba por una cicatriz provocada de una caída. La Policía estableció que su oficio es “vendedor de flores”.
Ronald Alexander estudió hasta 9 grado, estaba soltero y vivía solo. Su transtorno mental era público. Los vecinos relatan que constantemente se masturbaba en plena vía pública y muchas veces era violento.
Desde su presentación ante los periodistas Ronald Alexander no ha cambiado su semblante, su mirada sigue perdida acompañado por un seño como de no importarle que decapitó a dos hombres en menos de diez horas.