Paciente desahuciada lucha para que el ISSS le siga dando tratamiento contra cáncer

María Cristina de Rodríguez opina que su caso no fue tratado de la mejor forma en el Seguro Social. Tras decir que su padecimiento es incurable, esa institución le ofreció nuevos análisis y más tratamiento

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Por Enrique Carranza

2018-09-28 8:00:56

Tras un año de tratamiento contra el cáncer en su pulmón izquierdo, María Cristina Grande de Rodríguez fue desahuciada por médicos del Seguro Social. Sin embargo ella considera que su caso no fue tratado de la mejor forma.

María Cristina es una migueleña de 36 años de edad; junto a su esposo Waldo Rodríguez tiene dos hijos (de 10 y 17 años), es empleada de Correos de El Salvador, y en abril de 2017, tras una serie de evaluaciones, fue diagnosticada con cáncer de pulmón.

 

 

 

En ese momento las fiebres recurrentes que se prolongaban hasta por tres días; más el dolor en el tórax, la hicieron buscar atención médica en el Seguro Social, en donde inicialmente fue tratada por infección en las vías urinarias.

A pesar de los medicamentos, los síntomas continuaron, por eso María Cristina decidió consultar con el neurólogo que la trata por miastenia gravis. El galeno la mandó a practicarse otros exámenes.

La miastenia gravis es un trastorno autoinmunitario que altera la comunicación entre los nervios y los músculos, produciendo episodios de debilidad muscular.

“Él (neurólogo) sospechó que no era una simple infección en las vías urinarias, y los exámenes le dieron la razón, resultó que las fiebres y el dolor en el tórax eran síntomas del cáncer en el pulmón, era como si las células del cáncer se habían activado”, expresa María Cristina.

El resultado de las pruebas ordenadas por el neurólogo revelaron que ella padece cáncer del tipo mesotelioma maligno, ese ataca la capa delgada de tejido (mesotelio) que reviste los pulmones, la pared del tórax y el abdomen.

Al saber lo que le estaba ocurriendo buscó atención en la Unidad de Oncología del Seguro Social, allí le dijeron que su caso “era grave, pero tratable”, narró la paciente.

Tras la asignación de un oncólogo, como médico de cabecera, inició el tratamiento que se prolongó por 15 meses.

En ese lapso de debían dar 12 ciclos de quimioterapia, pero uno de esos no fue aplicado por la condición débil de la paciente. También hubo múltiples incapacidades laborales y el desgaste económico de la familia; además abandonó la universidad donde estudia licenciatura en administración de empresas.

“En los controles, después de caca quimioterapia, el doctor hacía su evaluación, revisaba los exámenes, anotaba y anotaba, no explicaba nada del tratamiento o la enfermedad”, relata la paciente.

Para ese momento, otra situación que llamaba la atención de María Cristina era que el oncólogo la trataba por cáncer epidermoide, variedad diferente al mesotelioma maligno, diagnosticado al inicio, explica ella.

Así pasaron los meses, hasta llegar al 20 de agosto de 2018, cuando el oncólogo le dijo que su tratamiento llegaba hasta allí, que el Seguro Social no le ofrecía otra opción; más que un control cada tres meses, narra la paciente.

“Él comenzó a hablar y hablar, le pedí que me explicara sobre mi salud, él respondió que iba bien pero que tenía una lesión aún y que se podía tratar. Él hablaba y hablaba, yo no entendía qué era lo que pasaba, hasta que le pregunté dónde y cómo buscar ayuda afuera del Seguro. Le pregunté que sí me podía atender en su clínica privada y dijo que sí, y que haría los contactos necesarios para adquirir los medicamentos”, narra María Cristina.

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Además, durante la conversación en el consultorio, el oncólogo y María Cristina quedaron de reunirse afuera ese mismo día, al final ese encuentro no sucedió, según el relato de ella.

En la cabeza de María Cristina hacían eco las palabras del oncólogo y no terminaba de comprender qué sucedía. Ese mismo día, por su tratamiento de miastenia gravis debía ir con la trabajadora social, quien le preguntó cómo seguía su tratamiento por el cáncer.

María Cristina le contó lo que hacía unos momentos había ocurrido en el consultorio, por lo que la trabajadora social le recomendó solicitar una conferencia médica.

Una conferencia médica es la reunión entre especialistas, jefe de área y otros involucrados, en ella se busca resolver dudas o ahondar en temas solicitados por los pacientes.

Esa reunión se dio el 24 de agosto. En resumen, los médicos le dijeron que cuando inició el tratamiento el cáncer era fase 4 (la última), que su probabilidad de vida era de dos meses y que por el tratamiento y la calidad de vida que lleva se había extendido 15 meses.

“La secretaria me preguntó que era lo que no había entendido, le dije que todo…, luego ella me dijo que el cáncer estaba avanzado, que no había cura para mi caso, que no podían hacer nada…, comencé a llorar, ella me dijo que entendía que la situación era difícil…”, relata María Cristina.

Tras tocar puertas, llegó al Hospital nacional Rosales, allí le dijeron que en ese lugar no contaban con los recursos para atender un caso tan complejo como el de ella.

Se trató de pensionar, pero el resumen médico indica que es “paciente estable” y el retiro le fue negado.

El 24 de septiembre denunció en la Procuraduría de Derechos Humanos la falta de atención en el Seguro Social.

También logró hablar con el sub director del Seguro Social, Milton Escobar, él le ofreció una segunda conferencia médica. Esa tuvo lugar el 26 de septiembre.

En esa reunión, el personal del ISSS le dijo a María Cristina que lo único malo hecho por el oncólogo, el médico a cargo del caso, era que había dado falsas esperanzas de vida, pero que el procedimiento era el correcto. También, le ofrecieron nuevos exámenes y más tratamiento.

Esperanza y familia
María Cristina ha buscado otras opciones fuera del Seguro Social, más de un especialista le ha asegurado que su cáncer es curable, de acuerdo con sus declaraciones.

A ella le tomó varios días decirle a sus hijos sobre la condición de su salud, ambos han callado, el más pequeño “se porta mejor”. Waldo, su esposo, trata de apoyarla.

“Soy una mujer joven, con proyectos y familia, lo del Seguro es injusto”, concluye María Cristina.

Entre enero y diciembres de 2017, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud 538 personas fallecieron en El Salvador a causa de cáncer en pulmón. San Salvador fue el departamento con más casos, se registraron 194; le siguió Santa Ana con 78; y La Libertad con 67.

En ese mismo período 542 personas fueron diagnosticadas con cáncer de pulmón, 253 eran mujeres y 289 hombres.


Esto es lo que dice el Seguro Social sobre el caso:

A través de correo electrónico, la División de Evaluación de la calidad de los servicios de salud, del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) , informó que “la señora María Cristina Grande de Rodríguez es paciente con un cáncer en estadio avanzado el cual está fuera de tratamiento curativo, tanto dentro de la institución como fuera.”

Además, informó que el Seguro “ha brindado tratamiento paliativo desde el momento del diagnóstico en 2017”. Y que en una reunión entre jefaturas, la paciente y familiares se acordó realizarle nuevos exámenes, para valorar otras opciones paliativas de tratamiento, en conformidad con los protocolos del ISSS y las guías internacionales.