A 21 días de que el presidente Nayib Bukele nombrara a la diputada disidente de ARENA, Milena Mayorga, como embajadora de El Salvador en Washington, EE.UU., el Gobierno aún no recibe de su socio más importante, el beneplácito de esa juramentación.
El pasado 24 de septiembre, Bukele anunció en cadena nacional que Mayorga será la nueva jefa de la misión diplomática en Estados Unidos, un cargo que llevaba más de 15 meses sin ser ocupado desde que Bukele asumió el Poder Ejecutivo.
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El nombramiento de Mayorga se dio de forma sorpresiva. En ese momento Bukele admitió que no tenía la venia del gobierno de Estados Unidos, pero estaba seguro de que no tendrían por qué negarse. “He tomado la decisión de proponer, digo proponer porque no hemos recibido el beneplácito del Gobierno de Estados Unidos, aunque no veo por qué no lo darían ese beneplácito”, argumentó Bukele en cadena nacional.
Sin embargo, hasta este 15 de octubre el aval no llega, y esto se desprende de la carta que Mayorga envió a la Junta Directiva de la Asamblea en donde explica que seguirá fungiendo como diputada propietaria del Congreso, a pesar de que ya había solicitado permiso para ocupar su nuevo cargo como embajadora en los EE.UU.
El Diario de Hoy tuvo acceso a la nota que la legisladora remitió a la Directiva, la cual tiene fecha 13 de octubre. “Aprovecho la ocasión para notificar ante esta honorable Junta Directiva mi reciente nombramiento como Embajadora designada de El Salvador ante los Estados Unidos de América, cargo el cual me honra y al cual debo responder en nombre de los salvadoreños. Al respecto y previo a recibir el beneplácito de las autoridades estadounidenses, permítame comunicarles que continuaré ejerciendo mis labores legislativas como Diputada Propietaria de este Órgano de Estado dentro de las Comisiones que integro y respondiendo al llamado de las sesiones plenarias hasta que sea el momento de partir y tramitar el permiso correspondiente ante esta Asamblea”, reza la nota enviada por Mayorga a la Directiva.
Lo anterior se da pese a que pocos días después de que Bukele la designara en el nuevo cargo, Mayorga solicitó el permiso correspondiente, según lo confirmaron los diputados Reynaldo Cardoza, del PCN y Patricia Valdivieso, de ARENA.
También, el presidente de la Asamblea, Mario Ponce, del PCN, manifestó que Mayorga ha pedido a la Junta Directiva seguir desempeñándose como diputada “mientras ella es ratificada por el Gobierno de Estados Unidos”. “Envió una nota a la Junta Directiva pidiendo permiso y de allí mandó una nota diciendo que ya no, al parecer Estados Unidos no le daba el beneplácito, ella dice que esperará, pero nosotros tenemos conocimiento que Estados Unidos no le ha dado el visto bueno”, manifestó Cardoza.
El diputado pecenista también cuestionó que desde que fue nombrada como embajadora, Mayorga no se ha presentado a las comisiones de trabajo legislativas y hasta este jueves se presentó a la plenaria. “Hasta ahora vino a trabajar, ahorita, ni a las comisiones ni a las plenaria ha estado viniendo”, refutó Cardoza, quien añadió que su inasistencia amerita descuento de salario según la normativa interna de la Asamblea.
La situación es más grave de lo que parece según relató el experto en política exterior, Napoleón Campos, pues señaló que el Gobierno incumplió el Convenio de Viena, vigente en El Salvador desde 1964.“Puso la carreta y después los bueyes, porque el artículo 4 de esta Convención de Viena establece que el Estado acreditante debe establecer que la persona que se acreditará debe primero contar con el asentimiento del Estado receptor, en este caso de los Estados Unidos”, manifestó Campos.
Y no solo eso, según el experto en política exterior, se cuestiona también el perfil inadecuado de Mayorga para ostentar el cargo de una de las embajadas más importantes en el mundo para cada país. “Por eso no me extraña que ahora se de una reversa. Sobre todo, que se trata de la relación diplomática más importante de El Salvador, se anuncia sin tener previo el asentimiento de Estados Unidos”, esgrimió Campos.
Aseveró que Cancillería y sus asesores deberían tener claro que el gobierno debe cumplir con el Convenio de Viena para no exponerse a “este tipo de bochornos diplomáticos de primer nivel”.