Desde el inicio de la migración hacia Estados Unidos en los años 80s, varios salvadoreños han fallecido por envenenamiento con monóxido de carbono. Dos jóvenes compatriotas murieron a principios de este mes, envenenados por este gas. Estas tragedias no deben ocurrir; por lo tanto, decidí escribir este artículo, el cual espero que encuentre informativo.
El envenenamiento por monóxido de carbono ocurre cuando este se acumula en la sangre. Cuando hay demasiado monóxido de carbono en el aire que se respira en espacios cerrados, este, por su enorme afinidad por la hemoglobina, desplaza el oxígeno de los glóbulos rojos. Esto depriva los órganos vitales de oxígeno, lo que les causa daño o la muerte.
El monóxido de carbono es un gas sin color, sin olor y sin sabor producido por la quema de gasolina, madera, propano, carbón u otro combustible. Operar aparatos y motores, particularmente en espacios cerrados, permite que este gas se acumule en niveles peligrosos.
Los síntomas de la intoxicación con este gas incluyen: dolor de cabeza, debilidad, mareos, náuseas o vómitos, dificultad para respirar, confusión, visión borrosa y pérdida del conocimiento.
El envenenamiento por monóxido de carbono puede ser particularmente peligroso para las personas que están durmiendo o aquellas intoxicadas con bebidas alcohólicas. Estas personas pueden sufrir de daño cerebral irreversible o incluso morir antes de que alguien se de cuenta de que existe este problema.
La intoxicación por este gas es causada por la inhalación de humos de combustión. Varios aparatos y motores que queman combustible producen monóxido de carbono. La cantidad de este gas producido por estas fuentes generalmente son alarmantes si se usan en espacios completa o parcialmente cerrados, como cocinar con carbón en el interior de la casa. La inhalación de humo durante un incendio también puede causar intoxicación por monóxido de carbono.
La exposición al monóxido de carbono puede ser particularmente peligrosa para las mujeres embarazadas y fetos: las células sanguíneas fetales absorben el monóxido de carbono más fácilmente que las células sanguíneas de adultos. Esto hace que los bebés al nacer sean más susceptibles al daño de la intoxicación por monóxido de carbono. Niños pequeños respiran mas rápido que los adultos, lo que los hace más susceptibles a intoxicación por este gas.
Adultos mayores de edad que sufren intoxicación por monóxido de carbono son más propensas a desarrollar daño cerebral. Personas con enfermedades cardíacas o pulmonares tienen más probabilidades de enfermarse por la exposición a este gas.
Dependiendo del grado y la duración de la exposición, el envenenamiento con monóxido de carbono puede causar daño cerebral permanente, daño al corazón, muerte fetal o aborto espontáneo y muerte
Algunas medidas de precaución que pueden ayudar a prevenir esta intoxicación:
- Instalar detectores de monóxido de carbono cerca de cada área de dormir en la casa.
- Revisar las baterías de detectores por lo menos dos veces al año. Si la alarma suena, salga de la casa inmediatamente y llame al número de emergencias.
- Nunca usar horno o estufa de gas para calentar la casa o dormitorio.
- Usar calentadores de espacio que queman combustible solamente cuando alguien esté despierto y las puertas o ventanas estén abiertas, para proporcionar aire fresco.
- No encender generadores en espacios cerrados, como el sótano o el garaje.
- Abrir la puerta del garaje antes de encender el motor del automóvil.
- Nunca dejar dentro del garaje el automóvil con el motor encendido.
- Mantener aparatos y motores que queman combustible con la ventilación apropiada. Estos incluyen: calentadores, hornos, cocinas de carbón, calentadores de agua, chimeneas, generadores portátiles, cocinas de leña, motores de carros y camiones.
Usar únicamente al aire libre o en áreas bien ventiladas removedores de pintura y barniz tipo “thinners”, que contienen disolventes como el cloruro de metileno. Estos disolventes pueden descomponerse en monóxido de carbono cuando se inhalan.
Respirar aire fresco inmediatamente y llamar al número de emergencias si usted o alguien está desarrollando síntomas de intoxicación por monóxido de carbono incluyendo dolor de cabeza, mareos, náuseas, dificultad para respirar, debilidad y confusión.
Si existe sospecha de que alguien con quien se comparte residencia o visita sufre de intoxicación por este gas, sáquelo inmediatamente para que respire aire fresco y busque atención médica de emergencia.
En la sala de emergencias, le administrarán oxígeno puro a través de una máscara colocada sobre la nariz y la boca. Esto ayuda a que el oxígeno llegue a órganos vitales.
* Neumólogo Pediatra