Por más de ocho horas, la exdiputada efemelenista Lorena Peña encaró sola a seis diputados oficialistas en un intenso interrogatorio en el que intentaron, sin éxito, quebrarla incluso con comentarios que sugerían que había cometido irregularidades y otros que afectaron su dignidad de mujer de la tercera edad, como ella misma se los enrostró calificándolos de “vulgares” y “bajeros”.
La exlegisladora, que llegó a presidir la Asamblea Legislativa, fue convocada para exponer sobre el proceso de entrega de fondos del Presupuesto a organizaciones no gubernamentales (ONG), una de las cuales, las Mélidas, a la cual ella pertenecía, fue favorecida, por lo cual los diputados alegaban que Peña incurrió en “conflicto de intereses”.
Frente a preguntas y repreguntas recurrentes y menciones de aspectos de su vida privada, Peña no dudó en decirles que “habían montado un teatro” para hacerla que se auto-incriminara, algo a lo que ella no iba a prestar. La presidenta de la Comisión, Alexia Rivas, de Nuevas Ideas, le respondió que “no era un circo”, sino que estaban tratando de investigar los hechos.
En cierto momento ella misma tuvo que exigirles respeto a los diputados Caleb Rivas y Carlos Hermann Bruch, al primero por decirle que “¿por dónde se había pasado un documento?” y al otro por decirle que era “cercana” al exdirigente efemelenista Facundo Guardado, comentarios que ella calificó de “vulgares” y “bajeros” y ante los que poco pudo hacer quien presidía la comisión, la diputada Alexia Rivas.
“¿Y este procedimiento de formación de ley por donde se lo pasó?”, preguntó Navarro, a lo que Peña contestó: “Me preguntó que por dónde me pasé esa cosa, pues no me lo pasé por el arco del triunfo…”, y en ese momento la presidenta de la Comisión cerró el micrófono. “Él también debe medir sus palabras”, razonó Peña, y añadió “solo porque soy mujer no haga ese tipo de metáforas tan vulgares”.
“¡Señor Bruch, contrólese!”, le demandó la exdiputada en cierto momento, reclamándole que mucho la interrumpía y que llegó a decirle que “se había quedado sola” y que ni en su partido la querían.
La diputada era interrogada, pero cuando intentaba explicarla la interrumpían, y si ella mencionaba casos denunciados de corrupción del presente gobierno o les mencionaba la ONG ligada al diputado Guillermo Gallegos, le apagaban el micrófono.
Por todos estos hechos, ella llegó a decirles que “los manda el presidente” y a usar la expresión de “golpistas”, aludiendo al golpe de Estado contra la Sala de lo Constitucional y la Fiscalía que el oficialismo en la Asamblea perpetró el 1 de mayo.
Los diputados oficialistas no encontraron a una anciana fácil de quebrar, sino a una exguerrillera, como ella misma lo recordó, acostumbrada a caminar noches enteras en la guerra de los años 80 y a saber sobre los interrogatorios de la temida Guardia Nacional, que fue disuelta tras los acuerdos de paz de 1992, pero también a una exdiputada que hizo de la política su vida en las últimas tres décadas.
En varias ocasiones la presidenta de la Comisión le apagó el micrófono a la ex diputada, incluso, llegó al punto de amenazarla con declararla “en desacato” porque ella intentaba razonar sus respuestas y no solo contestar con un “sí” o “no” como ellos querían.
“Ustedes nunca han trabajado con mujeres. Por eso no entienden”, les reprochó Peña cuando le preguntaban una y otra vez sobre el mismo punto: las gestiones internas que ella realizaba en la Asamblea con otros partidos para la aprobación de fondos. “Tiene una visión estrecha”, le dijo al diputado Rivas que insistía en preguntarle una y otra vez sobre el proceso.
“Quieren que yo le enseñe a trabajar”, les dijo. “Ustedes tendrán que aprender… eso es el parlamentarismo”, enfatizó.
“Como les expliqué, antes el debate de las leyes duraba hasta tres meses, no como el del Bitcoin, que se aprobó en cinco horas. Es un mecanismo perverso”, le señaló.
La ex legisladora les reclamó que tuvo que esperar para ser recibida en la comisión, a lo cual se agregó el tiempo del interrogatorio y dos recesos de hasta 45 minutos. “Aquí podemos amanecer, pero usted no me a hacer que piense como usted. No pierda su tiempo”, fue la respuesta cuando ya había pasado más de la medianoche.
“Estoy más vieja que ustedes y no pido tan largos recesos”, les reclamó. La comparecencia terminó a las 2:15 de la madrugada de este sábado.
Eso sí. Antes la exdiputada Peña les dijo que “recuerden que el fuero se les va a acabar” y tendrán que responder por lo que hagan ahora.