Lluvias ponen en peligro y agudizan pobreza de habitantes de Puerto Parada

Este martes, más de 100 viviendas de los caseríos La Cañada, El Icaco y El Limón amanecieron inundadas

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Puerto Parada, Usulután. Foto: Diana Escalante

Por Diana Escalante

2019-10-15 6:24:01

Las lluvias que han caído en El Salvador en los últimos tres días han causado estragos en el cantón Puerto Parada, de Usulután. Este martes, más de 100 viviendas de los caseríos La Cañada, El Icaco y El Limón amanecieron inundadas porque desde las 4:00 de la tarde del lunes, hasta hoy al mediodía, no había parado de llover.

El principal temor de estas personas era que el río Grande de San Miguel se desbordara y ocasionara más daños. La mala noticia llegó a las 4:00 de la tarde. Decenas de socorristas de Cruz Roja y Cruz Verde, quienes durante todo el día estuvieron monitoreando el nivel del río, les advirtieron que este se había salido de su cauce y debían prepararse para refugiarse en lugares seguros.

Los líderes de la comunidad de inmediato salieron a pedirles a sus vecinos, a través de megáfonos, que estuvieran en alerta. Algunos se concentraron en la calle a la espera de indicaciones.

Hasta ese momento, según constató El Diario de Hoy, ninguna persona en representación del Gobierno ni de la alcaldía de Usulután había llegado a verificar la situación de los afectados.

Los pobladores relataron que cuando ocurren estas emergencias suelen alojarse en la escuela de Puerto Parada, pero este día esta no había sido equipada con insumos básicos para recibir a las familias.

“Nadie se quiere ir porque tenemos miedo de dejar solas nuestras casas debido a la inseguridad “, relató Marta Ruiz de Fuentes, mientras caminaba con dificultad por un potrero, ya que el agua le llegaba arriba de las rodillas.

La mujer se dirigía a la casa de su hijo Arnulfo, quien hace una semana fue dado de alta de un hospital donde fue sometido a una cirugía en la cabeza.

Minutos después, encontró al hombre, convaleciente, acostado en una hamaca y preocupado porque mañana debe viajar a San Salvador a una consulta médica.

“Ya veremos cómo lo sacamos en medio de esta inundación, pero no puede dejar de ir (a la cita en el hospital)”, expresó Ruiz en tono preocupado, secundada por su nuera.

Rosa Gómez, otra residente de la zona, recordó que hace siete años fue la última vez que la mayoría de moradores perdió sus pertenencias debido a las inundaciones. Ella se quejó de que ningún gobierno se ha preocupado por construir una borda que los proteja del río Grande y eso los ha condenado a vivir en zozobra cada invierno.