El Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador ordenó a la Policía Nacional Civil (PNC) y a la Policía Internacional (Interpol) la detención del capitán Álvaro Rafael Saravia Merino, por el asesinato de San Óscar Romero, el 24 de marzo de 1980.
Saravia, quien será procesado por homicidio agravado, fue sobreseído en 1993 con la Ley de Amnistía, pero en julio de 2016 la Sala de lo Constitucional la declaró inconstitucional.
El juez Rigoberto Chicas reabrió el caso en mayo de 2017.
Juzgado Cuarto de Instrucción ordena captura nacional e internacional del capitán Álvaro Saravia Merino, el único acusado del asesinato de #SanÓscarRomero, en marzo de 1980.
— El Diario de Hoy (@EDHNoticias) 23 de octubre de 2018
El funcionario, a través de la Oficina de Comunicaciones de los Tribunales, manifestó que el capitán es la única persona que aparece judicializada en el proceso.
Hay testigos que sostienen que el capitán supuestamente planificó la estrategia para cometer el asesinato; además, siguió y dio instrucciones a otras personas para concretar el hecho, según el juzgador.
Sus amigos y familiares describen al primer santo de El Salvador como una persona sencilla, humilde y que gustaba de contar chistes.
Con base al análisis de las pruebas presentadas, el funcionario giró la orden de captura. También libró oficios a la Procuraduría General de la República (PGR) para que le designe un defensor público al imputado ausente.
Chicas señala que hay otras personas involucradas directa o indirectamente en la muerte del religioso, de acuerdo con la declaración de algunos testigos, pero ellos deben acudir a la Fiscalía General de la República (FGR) a presentar las respectivas denuncias para que la institución inicie una investigación