Desolada y abandonada se encuentra la vivienda que los padres de Wendy Arely Cortez habían construido con mucho esfuerzo durante toda su vida, en la comunidad Gallo Solo, del municipio del Puerto de La Libertad.
A pesar que era su único patrimonio, el 8 de junio de este año, tras la desaparición de su hija Wendy, los sexagenarios tuvieron que abandonar de prisa la casa.
El temor no les dio tiempo ni de una despedida de sus vecinos de toda la vida. “Se fueron sin decir adiós, no sabemos a dónde se fueron” dice en voz baja una de las habitantes mientras observa a su alrededor.
Wendy tenía 27 años y trabajaba como empleada en una venta de artículos varios en un negocio en las cercanías al Puerto de La Libertad, para poder mantener a su hija de cinco años.
La mañana del martes 8 de junio salió hacia el mercado de la localidad a hacer unas compras, pero ya no regresó, por lo que sus familiares la reportaron como desaparecida.
Pasados 54 días desde su desaparición, trabajadores de la alcaldía de La Libertad encontraron el cadáver de una mujer mientras realizaban trabajos de mitigación de riesgo con una maquinaria, en las riberas del río El Jute, en la comunidad del mismo nombre.
Fuentes policiales confirmaron a este medio el hallazgo del cuerpo de una mujer en el referido lugar, pero dijeron que Medicina Legal hará la prueba de ADN (Ácido desoxirribonucleico) para cotejar con algún familiar y confirmar o descartar de que se trata de Wendy Arely.
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Sin embargo, la cuenta no oficial @desaparecidosSV informó que junto a los restos de la mujer encontraron un Documento Único de Identidad (DUI) a nombre de Wendy Arely Cortéz y los artículos que se supone había comprado en el mercado estaban cerca del cuerpo. “La ropa que vestía el día que desapareció coincide con la que tenía la víctima” dice la publicación.
El comunidad Gallo Solo está en las riberas del río El Jute, sus aguas sirven para el lavado de ropa y para el baño de los residentes de la zona. La única forma de acceso es una calle angosta de tierra, difícil de transitar durante la época lluviosa.
En la casa donde Wendy vivía con padres de 66 y 67 años aproximadamente, su hermana, su cuñado y su pequeña hija aún se observa en el corredor una mesa y dos sillas empolvadas y en la pared un calendario propagandístico del presidente de la República.
La vivienda de construcción mixta colinda a unos metros con el río Jute. Es una de las pocas casas que cuenta con un tanque para guardar agua y una antena de televisión por cable. Según algunos vecinos, los ancianos vendieron la casa después de huir del lugar.
Unas ex compañeras de escuela de Wendy comentaron que ella era una persona tranquila y trabajadora, para terminar su bachillerato viajaba todos los días hasta el Puerto de La Libertad.
“No entendemos qué pasó con ella, aquí si uno no se mete con nadie, no molestan”, expresó uno de los residentes.
Según el Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Ormusa, en los primeros cuatro meses de este año, la Fiscalía recibió 306 denuncias de mujeres desaparecidas, la mayoría, niñas y adolescentes menores de 17 años.