Ingeniero asesinado en asalto se graduó en agosto de 2019

La víctima se habría negado a entregar sus pertenencias a los asaltantes y uno de ellos le hizo un disparo que le impactó en el abdomen, según la Policía.

Por David Marroquín

2020-01-21 8:14:43

Carlos Fernando García Carpio, un ingeniero en sistemas de 30 años, regresaba de trabajar la noche del lunes pasado y se dirigía a su casa en Candelaria, en Cuscatlán.

García Carpio viajaba en un microbús de la ruta 113 para bajarse en Cojutepeque y después abordar uno de los buses que van a Candelaria.

Cuando el microbús de la ruta 113 pasaba por las cercanías del Instituto Nacional Walter Thilo Deininger, en Cojutepeque, varios delincuentes armados se subieron y comenzaron a despojar de sus pertenencias a los pasajeros.

Al llegar adonde iba sentado García Carpio, los delincuentes le pidieron la cartera y él se las dió. Luego le exigieron que les entregara la mochila donde llevaba su computadora y su teléfono celular, pero él se paró.

“Supuestamente él se negó a entregarles la mochila y cuando se paró, uno de los asaltantes le dió un balazo en el abdomen. Quizás pensó que les quería hacer algo”, dijo su padre, mientras lamentaba la pérdida de Carlos Fernando.

Foto Cortesía

Tras el ataque, los asaltantes se lanzaron del microbús y huyeron.

Sin embargo, el motorista continuó con la marcha del microbús hasta un centro hospitalario de Cojutepeque, para que le dieran atención médica, pero desafortunadamente García Carpio había muerto.

Patrullas de policías realizaron un operativo de búsqueda de los asaltantes y capturaron a dos sospechosos en vías de investigación.

Las autoridades fiscales reconocieron el cadáver del ingeniero, Carlos Fernando García en un hospital de Cojutepeque. Foto Cortesía de Teleprensa Canal 33.

La preocupación creció con la tardanza de Carlos Fernando
Su padre relató que él siempre salía a las 6:00 de la mañana porque trabajaba en una empresa de servicios informáticos situada en San Marcos. Agregó que él siempre regresaba entre 8:00 y 8:30 de la noche. Sin embargo, la noche del lunes pasado, su padre se puso ansioso porque Carlos Fernando no llegaba a la hora acostumbrada.

Para tratar de mantenerse tranquilo, comenzó a llamarlo por teléfono, pero no respondía a las llamadas. Le enviaron varios mensajes y luego de varios minutos, les dió vistos, pero no correspondió a los mensajes.

La preocupación se acrecentaba por cada minuto que pasaba sin saber nada de él, según el padre. Por un momento pensó que le había tocado ir hasta otro local de la empresa que se encuentra en Santa Elena, Antiguo Cuscatlán y por eso era la tardanza.

Fue hasta las 10:00 de la noche que llegó el encargado de una funeraria para decirle que su hijo estaba en el hospital Nuestra Señora de Fátima de Cojutepeque, pero en ningún momento le dijo que estaba muerto.

Al llegar al referido nosocomio, los padres de Carlos Fernando recibieron el mayor golpe de sus vidas: les comunicaron que su hijo mayor había fallecido.

“Se llevaron un pedazo de mi corazón”, repetía la madre, mientras recibía las condolencias de vecinos y conocidos de la familia.

Su padre relató que Carlos Fernando se graduó como ingeniero en Sistemas, el 30 de agosto del año pasado. Tardó ocho años para alcanzar lo que más anhelaba en la vida: ser ingeniero en Informática. “Con esfuerzo logró su título, era bien inteligente”, dijo su padre.

Antes de que ingresara a la universidad, su padre le recomendó que estudiara Ingeniería Agronómica, pero él no quiso porque la informática era su pasión.

En el sector donde residía era muy estimado por los vecinos por ser “un joven tranquilo y porque no se metía con nadie”, dijo su padre.