“La sociedad tiene una concepción errónea de la sexualidad”, dice profesor universitario

El doctor en educación sexual Antonio Daniel García Rojas plantea algunos de los temas que se deben abordar en las escuelas para erradicar la discriminación y la desigualdad.

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Foto Por elsalv

Por Karla Arévalo

2021-09-14 7:00:44

Antonio Daniel García Rojas es director del Departamento de Pedagogía y director académico del máster en Sexología y Educación Sexual de la Universidad Huelva en España; en una entrevista en El Salvador habló sobre la importancia de que el país tenga una política pública sobre la educación sexual en las escuelas y colegios. En esta entrevista hace una radiografía de la actual postura de las sociedades en cuanto al tema, y lo que hace falta para superar esos obstáculos.

Hace unos años, el Ministerio de Educación intentó implementar en los centros educativos un manual de educación sexual y género; y hubo oposición, mayormente de grupos religiosos. ¿Cree usted que la educación sexual no es vista aún como un tema indispensable en el ámbito educativo?

No, y es importante que lo sea. Lo dice la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. No es un hecho novedoso que se pida a los estados que eduquen en estos temas, sino que es algo que estas organizaciones instan desde hace ya décadas a que se haga. Obviamente, la ONU no obliga, pero sí insiste en que es un tema prioritario que se debe abordar educativamente. La sexualidad es una dimensión más del ser humano, que influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos, todos nacemos siendo sexuados y morimos siendo sexuados.

Pero parece que hay un divorcio entre la educación sexual y la religión; o entre la educación sexual y la moral…

La sociedad tiene una concepción errónea de sexualidad, y la sexualidad está monopolizada en este caso a mantener relaciones sexuales. Entonces, hay que educar en que la sexualidad no es eso. La sexualidad es una dimensión más del ser humano que tiene un amplio abanico de posibilidades que hay que estudiarlas, y es necesario, además, que se forme a las personas en ello. La sexualidad tiene una marca peyorativa porque así hemos sido educados; así hemos sido formados. No solo en la sociedad salvadoreña, sino en todas las sociedades del mundo. Por lo tanto, esos mitos o prejuicios hay que ir derribándolos poco a poco.

Pero estos mitos permanecen no solo en la escuela que tiene formación religiosa…

No, esto pasa con la escuela en general. (...) Yo sigo insistiendo en que el tema es obviamente a nivel de política educativa, desde mi percepción son las políticas educativas las que tienen que cambiar, se tiene que introducir el tema de la sexualidad y el género en los centros educativos.

El doctor Antonio Daniel García Rojas ha estado impartiendo conferencias y ponencias sobre “Sexualidad, Género y Educación” en Guatemala, Honduras y El Salvador (Centroamérica, Triángulo Norte) durante el mes de agosto. Foto EDH / Foto cortesía Dr. Antonio García Rojas

¿Podríamos decir que, así como nos enseñan a comprender nuestro lenguaje, y por ello tenemos una asignatura llamada lenguaje y literatura, es necesaria así una asignatura sobre sexualidad y género en los colegios y escuelas?

Sí, educación sexual, género, emociones... en definitiva queremos un mejor desarrollo psicoevolutivo del alumnado, que sea capaz de conocerse y reconocerse a sí mismo, a los demás, respetando la diversidad sexual y de género. Se sigue perpetuando la supremacía del hombre sobre la mujer, necesitamos una asignatura donde se aborde también el género y la igualdad, que nos ayude a eliminar la lacra de la violencia de género, ya que solo a través de la educación lo conseguiremos.

Yo considero que sí lo abordamos, dentro del currículum oculto, dentro de aquellos conocimientos que el profesorado no tiene previsto trabajar, que no ha programado, pero que de forma inconsciente lo hace, cada vez que hay un comentario en la clase sobre esta temática, un conflicto, etc. Como se posicione el docente ante estas situaciones educa y normalmente lo hace de forma negativa, debido a los mismos tabúes, mitos, miedos y desconocimiento que tenemos el profesorado. La educación sexual y de género debe contemplarse dentro del currículum escolar, tiene que estar programado.

Pero estos no son temas que se estén abordando en las escuelas…

Bueno, cada vez más casos salen a la luz y creo que quizás, antiguamente, no salían tanto. Sin embargo, seguimos manteniendo estructuras machistas y patriarcales en el mundo y seguimos siendo sistemas totalmente machistas.

¿Y cómo podemos educar para la equidad?

Pues que la educación no sea diferenciada en función del sexo. Es decir, que a una persona no le pidan determinadas cosas por el hecho de ser hombre o mujer. Pongo un ejemplo: que un niño pueda estar en un colegio y pueda expresar sus emociones negativas a través del llanto y que nadie le tenga que decir que los niños no lloran. Ahora mismo le dicen “eres gay” y los tachan automáticamente. Eso es un comportamiento sexista, o que un niño pueda coger una muñeca y expresar su juego a través de una muñeca. La sociedad le dice que no, que ese es un juguete de niña. (...)

¿Desde donde se comienzan a prevenir estos actos discriminativos?

La escuela puede dar soporte, pero también está la familia de por medio y yo siempre digo que a las familias también hay que ofrecerles formación a través de la escuela de padre, creo que es importante.

La escuela educa, pero educa a partir de una determinada edad en consonancia y en paralelo a la familia; pero los primeros años de vida, la primera agente socializadora es la familia. Por lo tanto, un niño, una niña, cuando acude por primera vez a la parvularia, viene ya con un aprendizaje de determinadas conductas. Por lo tanto, la escuela, cuando lleva a cabo programas de igualdad, automáticamente tiene que luchar con ese aprendizaje que ya tiene el niño.

Aquí en El Salvador tenemos, desde hace algunos años, la Ley Especial para una Vida Libre de Violencia contra la Mujer. El Diario de Hoy encontró que del total de denuncias por violencia, solo el 10 % llega a ser judicializada. No obstante hay opiniones de quienes creen que esta ley tiene la facilidad de culpar injustamente a un hombre.

Es que seguimos siendo una sociedad machista, y hay además existe una falta de conocimiento. Un porcentaje de solo un 10% de denuncias que llegan a ser judicializadas es preocupante, habría que plantearse por qué ocurre y qué podemos hacer como sociedad. Por otro lado el que pudiera existir una denuncia falsa no puede ocultar el gran problema de la violencia de género. Yo creo que si viviésemos de cerca el caso de una mujer que sufre violencia de género (física, psicológica o sexual) veríamos lo que ello implica. Lo que significa cuando una mujer no sabe si hoy, cuando llegue su pareja o su novio le va a pegar, le va a insultar, le va a violar... Si eso lo viviésemos de cerca, tendríamos otra sensibilidad.

Hemos hablado del rol de la institución educativa. También de la concepción de la sociedad en cuanto al tema. Pero, ¿qué papel juegan los sistemas de justicia cuando la violencia ya ha sido cometida?

En ese caso no solamente las leyes tienen que estar contra la violencia de género. Aparte tiene que haber manera de que una mujer pueda denunciar de forma segura y sin ser juzgada. En los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado debe haber un equipo especializado en atención de violencia de género. Ese equipo tiene que tener una sensibilidad especial en el tema; una formación psicológica determinada. Luego está el sistema judicial. Hay que formar a los jueces y juezas.