Misioneros Josefinos despiden en Ahuachapán al padre Sabino, quien falleció por covid-19 en Guatemala

La salud del religioso se había complicado siete días antes de su fallecimiento. Varias parroquias pideron rezar por su recuperación. Decenas de personas llegaron a la iglesia y cementerio para despedirlo.

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El cuerpo del sacerdote Sabino Hernández Guzmán, de la orden josenifos, fue repatriado de Guatemala en donde murió a consecuencia del Covid-19. El religioso fue enterrado en su natal Ahuachapán. Foto EDH/ Cristian Díaz

Por Critian Díaz

2021-10-21 4:37:25

Los restos del padre Sabino Hernández Guzmán, de 72 años, fueron sepultados el jueves en su natal Ahuachapán, donde era muy apreciado por muchos feligreses católicos y ex alumnos del Colegio Josefino, de donde fue su director por muchos años.

“Lo recuerdo como alguien muy especial, cómo siervo de Dios, un gran amigo, un gran consejero, un verdadero ser humano. Sus buenos consejos quedan en mí, en mis hijos, en mi familia. Tenemos una tristeza como ahuachapanecos porque hemos perdido a un siervo más de Dios; pero sabemos que estará en la vida eterna. Era un padre muy carismático, un ahuachapaneco de corazón, con un gran sentido humano”, expresó llorando Ana María Calderón, quien señaló que el sacerdote fue amigo de infancia de su padre.

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El religioso falleció el miércoles a las 11:11 de la mañana en Guatemala donde había sido ingresado debido a complicaciones presentadas por covid-19.

El cuerpo fue repatriado del país vecino por una funeraria particular, que trasladó el féretro por la calle conocida como El Centro, pasó por el convento y por unos minutos se estacionó frente a la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción.

Algunos religiosos de la Congregación Misioneros Josefinos, a la que él pertenecía, llegaron hasta la entrada del cementerio de la localidad para rendirle un homenaje al religioso, que desde el 2016 se encontraba al frente de la Parroquia Nuestra Señora de Belén, en Guatemala.

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Las campanas de la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, en Ahuachapán, fueron repicadas cuando el féretro pasó por la zona del templo.

“Este es un momento propicio para orar por el alma de nuestro padre Sabino, misionero josefino, que ha estado en diversas obras de nuestra congregación. Vale la pena que oremos por su eterno descanso y por la fortaleza a su familia. Ha dado mucho fruto, ha hecho mucho bien a nuestra congregación”, expresó el padre Oseas Borja, párroco de la iglesia La Asunción, mientras esperaba los restos del religioso en Guatemala para acompañarlo en su recorrido hasta El Salvador.

El director del Colegio Josefino, padre Rafael Orellana, expresó que se enteraron de la situación de salud del padre Sabino el lunes, cuando les comunicaron que sería trasladado a un centro asistencial, donde no soportó el tratamiento debido a complicaciones en sus pulmones.

El padre Sabino fue director de la institución educativa de la cual ahora está al frente el padre Orellana.

“Durante ese tiempo que fue director dejó mucha obra, mucha guía, mucha orientación para las generaciones que estuvieron bajo su responsabilidad. Hoy le dedicamos este momento sencillo que la situación nos permite para los difuntos. Es una gran pérdida pues tenía mucha vida y mucha energía para poder trabajar”, expresó el religioso.

Foto EDH/ Cristian Díaz

Afuera de la institución educativa hubo un homenaje para su ex director. Algunos maestros, alumnos y padres de familia se apostaron a los costados de la calle cuando el féretro pasó por el lugar.

El deseo inicial del padre Sabino fue ser médico de profesión; sin embargo, el llamado que recibió fue el de convertirse en sacerdote, lo que le permitió, a través de sus consejos e intercesión, curar muchas almas de personas que buscaban su apoyo.

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El sacerdote nació el sábado 21 de mayo de 1949 en Ahuachapán e ingresó al proceso de formación con los Misioneros de San José en 1972, en Santa Ana, cuando contaba con 23 años, de acuerdo a información brindada por la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.

El mismo año viajó a Guatemala para acompañar al padre Ignacio Garzón en la recepción de la primera parroquia josefina en dicho país: Parroquia Santiago Apóstol.

El 27 de junio de 1974 realizó su primera profesión de votos como misionero josefino y cuatro años después fue enviado a Roma, Italia, para continuar sus estudios.

“El joven Sabino decía que le daba miedo ir, sobre todo porque no le gustaba el aceite de oliva”, recuerdan los sacerdotes josefinos en el documento.

En Roma recibió la ordenación presbiteral del papa Pablo VI el 13 de diciembre de 1981.

Entre 1986 y 1997 fue director del Colegio Josefino, en Ahuachapán, donde realizó grandes obras, especialmente la construcción del edificio de aulas de primero y tercer ciclo.

En 1998 regresó a la parroquia que había sido la primera de la congregación josefina en Guatemala, Iglesia Santiago Apóstol, donde fue su párroco hasta el 2003.

Entre el 2004 y 2009 fue director del Colegio Ioseph, en Ilopango, y de 2010 a 2014 se desempeñó uevamente como director del Colegio Josefino.

Desde el 2016 se encontraba en Guatemala, al frente de la Parroquia Nuestra Señora de Belén.
“El miércoles 20 de octubre de 2021, a la edad de 72 años, partió a la casa del Padre a causa de una fuerte neumonía provocada por el virus Covid-19”, indicó el documento proporcionado por la iglesia ahuachapaneca.

Foto EDH/ Cristian Díaz