Iglesia católica afina detalles para recibir este domingo a la feligresía, estos serán los protocolos a seguir

En los templos se reanudarán las actividades que fueron suspendidas, desde mediados de marzo, por la pandemia del COVID-19

descripción de la imagen
Cada parroquia deberá garantizar que la desinfección de los templos y tendrá que verificar que los asistentes cumplan las medidas sanitarias. Foto EDH/ Archivo

Por Diana Escalante

2020-08-29 10:16:42

La iglesia católica salvadoreña se prepara para recibir el domingo en los templos a la feligresía que, por más de cinco meses, no ha podido congregarse en ellos, debido a la suspensión de actividades por la pandemia del COVID-19.

El pasado 15 de agosto, la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) anunció que, a partir del día 30, las iglesias iban a ser abiertas gradualmente para realizar las misas con presencia de los fieles; pero siguiendo protocolos sanitarios para prevenir contagios y aplicando las medidas de bioseguridad que ha indicado el Gobierno. Desde mediados de marzo, las actividades religiosas únicamente se transmitían de manera virtual para evitar las aglomeraciones y el contacto físico.

?VEA TAMBIÉN: Iglesias evangélicas comunican protocolos de reapertura

La CEDES detalló que a la entrada de cada templo un grupo de apoyo verificará el uso de la mascarilla, tomará la temperatura y proporcionará alcohol gel. La capacidad máxima de los templos dependerá del espacio donde puedan mantener el distanciamiento físico de dos metros entre personas.

Durante la liturgia, para garantizar el distanciamiento, los asistentes deberán sentarse únicamente en los lugares señalados; se evitará la distribución de hojas volantes y el saludo de paz será suprimido.

Al momento de la comunión, los sacerdotes entregarán las hostias en la mano a cada persona, quien deberá retirarse la mascarilla solo para comulgar. La ofrenda económica se dará al terminar la misa, en la salida de la iglesia.

Además, cada parroquia deberá garantizar la desinfección del templo, las bancas y los objetos que se utilizan en la liturgia al finalizar cada actividad religiosa.

Aunque estos son los lineamientos generales que ha dado la Conferencia, se ha dispuesto que cada obispo, si lo considera conveniente, emitirá normas propias para sus templos, atendiendo las circunstancias propias de cada lugar.