Isidro Ernesto Trujillo, de 59 años, salió el jueves de su casa a trabajar en un ladrillera en el cantón Santa Lucía, de Ciudad Arce. Luego de la jornada, volvió a ese lugar por un pendiente pero no regresó más a su vivienda. Su cadáver fue encontrado en un pozo, a unos 200 metros de donde tenía sus ladrillos.
El padre de la víctima relató que su hijo tuvo que regresar al trabajo para cubrir lo ladrillos ante la amenaza de lluvia. “Voy a ir a ponerles la carpeta rápido y ya vuelvo”, fueron las palabras de Ernesto a su madre.
Pasaron las horas y el hombre no volvió a su casa, fue en ese momento que los familiares comenzaron la búsqueda en los alrededores del sector. Las labores se extendieron hasta la 1:00 de la mañana del viernes, no hubo resultado.
“Como no lo encontramos en el monte y no andábamos lámpara buena nos regresamos a la casa. Al día siguiente otros familiares iniciaron la búsqueda y fue donde lo encontraron en ese pozo”, manifestó el padre.
El señor asegura que interpusieron la denuncia ante la Policía y unos agentes también se unieron a la labor.
“Una gran tristeza la pérdida de mi hijo, pero al menos lo encontramos porque hay otras gentes que nunca encuentran a sus familiares”, agrega.
El cadáver estaba en el pozo de 18 metros de profundidad y en la recuperación participó personal de Comandos de Salvamento y el Cuerpo de Bomberos.
Hasta el momento las autoridades desconocen el motivo del asesinato de Neto, aunque la familia presume que el caso podría haber sido provocado por una demanda de desalojo de vivienda que interpusieron ante las autoridades
“Lo que pasa es que ellos interpusieron la demanda de desalojo de la casa donde estaba la ladrillera. Ya no querían que los inquilinos vivieran ahí.
“El señor contó que esas personas les dijeron que no los molestara porque no sabían con quién se estaban metiendo”, reveló la fuente.
Los inquilinos se negaron al desalojo y fue hasta ahora, que mientras las autoridades procesaban la escena, pretendía dejar la vivienda y a punto de terminar de subir las pertenencias a un carro las autoridades los retuvieron para realizarles las respectivas entrevistas.
Un hijo ejemplar
El padre asegura que Ernesto fue un hombre educado y muy oficioso. “Él era un hijo ejemplar, fíjese cuando nosotros salíamos a la iglesia y cuando llegábamos ya le tenía la limpieza hecha a su madre y los trastes lavados”, dijo.
Además, detalló que la víctima trabajaba para ayudar en la economía familiar “Mi hijo decía que se fajaba trabajando para ayudar a su madre para que no nos faltara mucho”.
“Yo tenía años de conocer al señor y doy fe que no se metía con nadie. Él de su casa al trabajo y viceversa. Un hombre bien portado”, manifestó un conocido.
Por el momento, el padre y la madre de Ernesto piden a las autoridades que investiguen con diligencia a quienes quitaron la vida al hijo que llevaba el sustento a la casa.