El cuerpo de Marcela fue hallado la noche del 19 de noviembre de 2016 cerca de un botadero de basura situado en la calle de Los Planes de Renderos a Huizúcar. Tenía múltiples lesiones de arma blanca y golpes en su cuerpo.
En esa ocasión no fue identificada porque no tenía documentos personales, pero un día después de su hallazgo fue reconocida por sus familiares en la morgue del Instituto de Medicina Legal.
Su familia la había reportado como desaparecida ante las autoridades.
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Transcurrieron tres años con 32 días del asesinato de Marcela y las autoridades policiales capturaron a su excompañero de vida, Rodrigo Alfredo Pérez González, acusado de haberla secuestrado y asesinado en su casa de habitación.
La detención de Pérez González ocurrió el 19 de diciembre de 2019 en la frontera El Amatillo, La Unión, cuando regresaba de Honduras, adonde supuestamente escapó después de cometer el feminicidio.
En el momento en el que Pérez González registraba su ingreso al país, las autoridades migratorias verificaron que él tenía una orden de captura vigente, por lo que lo reportaron a la Policía y fue capturado.
También arrestaron a Brenda Carolina Pérez, hermana del acusado, porque supuestamente encubrió el asesinato de Marcela.
Rodrigo Alfredo y Brenda Carolina enfrentan desde ayer la vista pública instalada por el juzgado Especializado de Sentencia de la Mujer de San Salvador.
Las investigaciones fiscales apuntan que Pérez González secuestró a su expareja, Marcela, la llevó a su casa y la asesinó.
Señalaron los fiscales que la relación de Marcela con el imputado estuvo marcada por episodios de violencia física y emocional, control y posesión de parte de Pérez González.