Luis Miguel Bonilla Ramírez, un vigilante de 36 años, seguirá en detención preventiva por el feminicidio de su esposa, Marta Idalia Galicia y los homicidios de su hijo de 10 años y su hijastro de 17. Su caso pasará a un juzgado Especializado para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres de Santa Ana.
La resolución fue dada por el juzgado de Paz de Candelaria de la Frontera, Santa Ana, que resolvió a favor de la petición de la Fiscalía General de mantenerlo en detención preventiva.
“El indiciado, Luis Miguel Bonilla Ramírez, es definitivamente con probabilidad positiva el autor directo de estos tres hechos (crímenes)”, dijo una fiscal del caso.
El triple asesinato se produjo la noche del 12 de noviembre pasado en la casa donde las víctimas vivían con el imputado, situada en el cantón El Jute de Candelaria de la Frontera, Santa Ana.
“Semanas antes, ya habían sucedido eventos de discusiones familiares entre la víctima, Marta Idalia Galicia, y el imputado, Luis Miguel Bonilla, que estas vinieron a desencadenar el 12 de noviembre del corriente año”, dijo la fiscal.
Agregó que esa noche, Luis Miguel llegó a su casa, tras finalizar sus labores como vigilante en una hacienda de la zona, “pero este saca un revólver y primero le dispara a su menor hijo, la víctima empieza a llorar y a suplicar por menor hijo, luego le dispara al segundo hijo, que solo era hijo de ella, para finalmente hacerle los disparos a ella”.
Las investigaciones fiscales apuntan que el acusado les hizo tres disparos a cada una de las víctimas. “Asegurándose que todos fueran en el rostro para que ninguno de ellos pudiera sobrevivir”, dijo la fiscal.
Después de haber asesinado a su familia, Bonilla Ramírez trató de atacar a los vecinos, pero ellos lograron resguardarse en su casa, según la fiscal.
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Testigos manifestaron a la Policía que Bonilla Ramírez, quien se desempeña como vigilante privado, tuvo una discusión con Marta Idalia y minutos después se escucharon una serie de disparos.
Cuando los policías llegaron y entraron a la casa, encontraron los tres cuerpos y el sospechoso había escapado.
Cuatro horas después, Bonilla Ramírez fue capturado por los policías, quienes le decomisaron un revólver y una escopeta. El imputado presentó la documentación de las armas que están a su nombre.
La fiscal del caso aseguró que el imputado tenía antecedentes de violencia intrafamiliar. “Sí, habían antecedentes de constantes conflictos, discusiones acaloradas, constantes celos, reclamos, inclusive, a los menores los tenía amenazados de que tenían que tener vigilada a su madre e informarle de cualquier persona con la que ella platicara”, dijo la fiscal.
Aseguró que él le había prohíbido a Marta Idalia que le hablara a cualquier hombre que residía en el cantón. “Si, tenía un problema bastante serio de celos”, dijo la fiscal. Ella quizás por temor no lo había denunciado a las autoridades correspondientes.
Aseguró que cuando cometió los asesinatos, el imputado no estaba bajo los efectos de bebidas alcohólicas ni tampoco de otro tipo de sustancia.