Cuando una persona se enfrenta a la muerte de un ser querido, en la mayoría de casos no está preparado ni física, ni emocionalmente para asimilar dicha noticia. Y ante la pandemia COVID-19, se han generado normativas de prevención, que han hecho mucho más difícil poder llevar el proceso de duelo ante la pérdida. Las personas se han visto obligadas a no vivir el ritual de realizar la respectiva vela y entierro, lo que hace más difícil superarlo.
¿Quién ha sufrido la pérdida de un ser querido para siempre?
Quien más, quien menos, ha sufrido la pérdida de un ser querido, y es claro que es uno de los momentos más complicados en la vida de todo ser humano, porque ya no se compartirán más cenas, paseos, esas risas, planes y esas charlas posiblemente interminables, ya no estará al otro lado en la llamada telefónica, ni mucho menos se podrá escuchar esos consejos que tanto ayudaban en momentos difíciles, ni recibir nuevamente esos abrazos que podían hacer sentir completo, libre y amado.
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Quizás, o me atrevo a decir que estoy segura, que no es fácil sentirse tranquilo ahora si ha perdido a un ser querido en estos tiempos difíciles para la humanidad, tiempos de pandemia.
Le invito a que, si antes no pudo vivir su dolor, este es el momento de poder aceptar que esa persona ha partido y que no volverá más; pero que siempre estará presente en su vida en esos recuerdos maravillosos, olvide todos esos momentos malos donde no supieron lidiar con ciertas situaciones y solo terminaron lastimando.
Es importante que se perdone y que perdone, pero sobre todo que pueda vivir su dolor y se permita experimentar su tristeza, mucho menos se culpes por lo que ha sucedido, el destino de cada persona está posiblemente escrito, ¿no cree?
Alguna vez ha deseado con todo su corazón “un milagro”, como, por ejemplo, que alguien se sane de una enfermedad grave, o se solucione un problema grande, pero simplemente esa persona murió porque eso era lo mejor, debido al sufrimiento y dolor que experimentaba, o el problema le destrozó pero le hizo más fuerte; entonces, allí está el milagro.
El problema es que pensamos que todo debería marchar de acuerdo a lo que pensamos, deseamos y queremos. La muerte también es “un milagro”, es un alivio, es tranquilidad, es paz y felicidad.
Le invito a que en el mes que se conmemora el día de los difuntos puedas hacer un homenaje, tributo, llevar flores, poner su canción favorita, exprese de la manera que mejor le parezca todo lo que sientes ante la ausencia de ese ser querido, dígale que aprenderá a vivir sin él o ella, pero que eso no significa que le olvidará sino que simplemente es necesario continuar por todos aquellos que aún le necesitan motivado, fuerte y con ganas de vivir.
Aprenda a ver oportunidades de las pérdidas, no se sientas mal por querer continuar su vida, o por querer ser feliz, simplemente no es saludable ni física ni mentalmente que se tortures toda la vida, no permita que su vida se enfrasque en el pasado.
A continuación, te brindaré algunas técnicas para reducir la tristeza que causa la muerte de un ser querido:
-Debemos darnos permiso para sentir nuestra tristeza.
-Dar lugar a los sentimientos positivos, es decir, debemos permitirnos experimentar cada sentimiento sin sentirnos culpables.
-No hay que aislarse, hay que rodearse de personas positivas y buscar apoyo en ellas.
-Buscar nuevas oportunidades de aprender, divertirte, crear, planear, con el objetivo de mantenerse ocupado y distraído.
* Psicóloga
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