La brecha digital ha sido uno de los talones de Aquiles para muchos escolares del sector público y privado durante la pandemia en el 2020.
La encuesta de Calidad de Vida, realizada por el observatorio ciudadano El Salvador Cómo Vamos, en el municipio de San Salvador, mostró que los alumnos de la capital no están demasiado ajenos a esta realidad que se vive en la zona rural.
El estudio, que se realizó entre el 3 y el 23 de noviembre pasado, entre 696 personas mayores de 18 años, indica que cuando Educación suspendió las clases, al inicio de la pandemia, 85 % de infantes entre 4 y 6 años estaban estudiando; es decir de cada 100 niños en esas edades 15 no estaban estudiando en el nivel de Parvularia.
Al principio de la suspensión de actividades, el 90 % de jóvenes entre los 16 y 18 años estaba estudiando.
El trabajo académico muestra que, en aquellos hogares en donde por lo menos una persona estaba estudiando, el 93% continuó por medio de clases en línea o con las guías de estudio y otros materiales enviados por internet; el 4 % solo lo hizo por medio de guías y otros materiales en físico, mientras el 6 % se auxilió de la televisión.
Sin embargo, hubo un 8 % de escolares capitalinos que no continuó, el 34 % de ellos fueron jóvenes entre 19 y 25 años de edad.
En ese contexto la encuesta, que se llevó a cabo en coordinación con FUSADES, la USAID y Glasswing Internacional, puso en evidencia que los principales desafíos que enfrentaron los estudiantes de este municipio para seguir estudios a distancia fue la falta de acceso a las llamadas tecnologías de la comunicación e información.
“El 26 % ha enfrentado dificultades para contratar servicios de internet o poner saldo, el 37 % ha experimentado dificultades de conectividad como mala señal o no tener internet en su casa, el 19 % limitaciones por la disponibilidad de dispositivos”, indica.
No obstante, también el 32 % de escolares enfrentaron problemas vinculados con la metodología de enseñanza que aplicaron sus educadores.
La situación educativa de los escolares, según apunta, estaría por demás vinculada a los problemas económicos que han enfrentado en los hogares del municipio.
Esta encuesta, desarrollada por el Centro de Investigación y estadísticas de la FUSADES, remarcó que el 64 % de mayores de 18 años entrevistados realizaba alguna actividad para generar ingresos o para ayudar a algún miembro del hogar a generarlos, muchos lo hacían atendiendo un trabajo asalariado y otros por cuenta propia.
Pero el impacto de la pandemia provocó que el 36 % de las personas que tenían empleo formal fueran cesados por un tiempo; el 61 % de los que trabajaba por cuenta propia también dejó de hacerlo un periodo.
El 54 %, tras el cierre de la economía, vieron reducir sus horas de trabajo, con ello la caída de su salario.
De hecho el 65 % de encuestados que estaba trabajando desde antes de la pandemia vieron reducir sus ingresos, el 30 % percibió lo de costumbre y solo un 5 % vio un incremento en sus entradas.
“Para el 49 % de los hogares de San Salvador la situación económica del hogar ha empeorado en comparación con el inicio de la pandemia, para el 44 % sigue igual y para el 7 % mejoró”, cita el estudio.