El muñeco que representa el año viejo está listo para ser quemado el próximo viernes 31 de diciembre a las 12:00 de la noche despidiendo al año 2021 y recibiendo el nuevo año 2022, es una vieja costumbre que tienen los jóvenes del barrio Honduras en la ciudad de La Unión.
Un grupo de jóvenes de la 6 avenida Norte sector La Ramada en el barrio Honduras se preparan con cinco días antes del 31 en conseguir la ropa vieja como una camisa de caballero, pantalón, zapatos para luego hacerles unas costuras a mano y rellenarlos de papel periódico, con una botella y una pelota de plástico hacen la cabeza que la cubren con una peluca y máscara.
Para el 31 en la noche al muñeco le sacan todo el papel y lo llenan de morteros luego lo colocan en posición de sentado y rocían de gasolina le prenden fuego, seguido van quemando las famosas metralletas en las tres cuadras del sector y todos salen corriendo gritando mientras que en las viviendas de los alrededores suenan los cumbiones de la temporada.
Para este año el muñeco viejo será acompañado de otro que representa el hijo, fue hecho por dos niños del sector, los dos serán quemados la misma noche.
Previo a la noche de fin de año, en la cuadra sacan al muñeco lo colocan en una silla acompañado de una alcancía para recibir las colaboraciones económicas de las personas para la compra de la pólvora que usaran esa noche.
Cristian Bonilla, de 26 años, parte de los organizadores, dice que son 10 años consecutivos de mantener esa vieja costumbre, se reúnen y arman el muñeco en cuatro horas, es una forma de despedir de una forma alegre al año viejo donde todas las personas del barrio se divierten siempre tomando las medidas de precaución para evitar que resulten quemados.
“El año pasado el muñeco que hicimos fue simbolizando al COVID-19 se le puso una mascarilla y un cartel con el letrero que decía te vas coronavirus, fue un año bien duro para muchas personas”, agrega Bonilla.
Según Cristian toda la pólvora que se compra que son alrededor de $600 dólares son colaboraciones de las personas del barrio y de los alrededores, también se comparten pizzas y bebidas con los niños del lugar.
Miguel Castro, residente en Los Estados Unidos, tiene cinco años de regresar cada diciembre al barrio para participar en hacer el muñeco y compartir con sus amistades, “recuerdo que antes de emigrar participaba en esta alegría de hacer el muñeco y luego quemarlo es una tradición que todos disfrutamos y por eso siempre regreso para sentir esa alegría”.
Mientras que en otros lugares como en la lotificación Martínez del barrio Las Flores, sacan la carreta bruja, son un grupo de jóvenes corriendo arrastrando latas viejas quemando pólvora por toda la cuadra y varios vistiendo pelucas y máscaras.
