La mañana del jueves las compañías fabricantes de boquitas, Diana y Bocadeli, ambas ubicadas en Soyapango, una de ellas en el bulevar del Ejército y otra en colonia Sierra Morena, amanecieron militarizadas y con fuerte presencia policial en sus contornos. Los agentes del orden llegaron a constatar que en ambas estuvieran cumpliendo cierre por cuarentena.
Más de 2,000 empleos directos han sido afectados por la suspensión de labores de estas empresas de boquitas, tras las medidas ordenadas el presidente Nayib Bukele en el marco de la cuarentena domiciliar.
En Diana, dos furgones con productos intentaban salir de las instalaciones para su distribución pero fueron impedidos por las autoridades policiales en cumplimiento al mandato presidencial que si bien autoriza a productores de alimentos continuar trabajando, obligó al cierre a los fabricantes de boquitas.
Entre tanto, el personal operativo de la industria permanece en cuarentena en sus casas desde el pasado 21 de marzo, excepto el personal de seguridad que está autorizado a prestar sus servicios de forma permanente.
El encargado de la seguridad privada de la compañía afirmó que las autoridades fueron respetuosas y actuaron sin violencia en las afueras de las instalaciones de la fábrica.
Para corroborar que las actuaciones de las autoridades estuvieran apegadas al derecho empresarial y de los empleados, delegados de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos llegaron al lugar y luego de entrevistarse con los representantes de la misma concluyeron en el informe que todo se realizó con pleno respeto.
Casi de forma simultánea, las autoridades verificaban que Bocadeli no estuviera trabajando. Ahí, a las 12:00 del día de ayer había al menos un cordón de seguridad de unos 50 policías.