El virus hizo lo que ni la guerra consiguió: parar la Semana Santa en Izalco

La situación del COVID-19 hizo que los preparativos del Viernes Santo se detuvieran en el municipio de Izalco, uno de los lugares más emblemáticos de Semana Santa

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Foto EDH/ Lissette Lemus

Por Lissette Lemus - Óscar Portillo

2020-04-11 6:55:52

Los cánticos y vítores de la procesión del Santo Entierro han sido cambiados por el anuncio de un pickup de la alcaldía de Izalco que indica que se irán desinfectando las calles del municipio.

En los barrios que solían haber cientos de personas que llegaban de todo el país para sumarse a las celebraciones de Semana Santa, ahora reina la soledad; y las únicas aglomeraciones que se observan son las de personas haciendo filas en el supermercado.

Las estaciones de Vía Crucis que adornaban las entradas ahora yacen dentro de las viviendas de los pobladores de Izalco.

David Sarmiento, que profesa la fe católica desde hace 65 años, ha colocado la segunda estación del Vía Crucis en su jardín. Con nostalgia tomó un incensario improvisado que hizo con una lata de leche y comienza a moverlo frente a la estación.

Con mucha resignación él comentó que desde que tiene uso de razón, las celebraciones de la Semana Santa nunca se habían detenido.

“A mis 65 años de vida han pasado terremotos, pasó la guerra y nosotros nunca paramos… No celebrar la Semana Santa en Mi Pueblo es como estar preso”, dijo don David Sarmiento.

Sarmiento pertenece a la hermandad del Santo Entierro, una organización fundada en 1882. El presidente de la hermandad, Joaquín Torres, resguarda en su hogar una plétora de vestimentas que estaban destinados a ser llevados por las imágenes de Jesucristo durante las celebraciones litúrgicas.

El comentó en las semanas anteriores que los miembros de distintas hermandades quisieron organizar una procesión menos ostentosa, en la que las familias estuvieran presentes.

Joaquín Torres, de 69 años, presidente de la Hermandad del Santo Entierro posa frente a las vestiduras para la imagen de Jesús durante las procesiones del Viernes Santo en Izalco. Foto EDH/ Lissette Lemus

Una vestimenta roja resalta entre todos, él la toma y comenta que este Viernes Santo iba a ser vestida por el Señor de las Once, mientras hace énfasis que en los 138 años de existencia de la hermandad, nunca se había dejado de celebrar las procesiones de la Semana Mayor.

“Este año se nos cerraron las puertas de vestir nuevamente a nuestro señor Jesucristo, para llevarlo al sacrificio y para llevarlo en nuestros hombros por las calles de Izalco”, comentaba Torres.

El presidente de la hermandad también recalcó que en el tiempo de la guerra, el ejército y la guerrilla respetaron la tradición y la celebración se llevó con toda normalidad.

Mientras las calles de Izalco continúan vacías, sus pobladores se asoman por las puertas de sus hogares, con la esperanza que el próximo año la Semana Santa podrá ser celebrada con normalidad y rendirle el debido tributo a Jesucristo.

María Lidia Recinos, de 78 años, es cargado en la procesión del Santo Entierro y para esta ocasión había preparado unas imágenes de materiales reciclados que colocaría en la alfombra frente a su casa. Foto EDH/ Lissette Lemus

 

Lucy González, de 8 años, por primera vez sería la encargada de la noven estación en el Vía Crucis de los Niños de la Parroquia La Asunción. Foto EDH/ Lissette Lemus

 

Betty de García, de 60 años, es la encargada de la 11a estación del Vía Crucis de la Iglesia de la Asunción dice que siente una gran tristeza porque este año no se realizaron las actividades de Semana Santa comenta que ella siempre se esmera prepara la estación frente a su casa. Foto EDH/ Lissette Lemus

 

Servano Martínez, de 32 años, es el presidente de la Hermandad de los Niños y explica que es la primera vez que se suspenden las actividades de Semana Santa en Izalco. Foto EDH/ Lissette Lemus