El doctor Jorge Panameño, infectólogo que labora en el sector privado, afirmó ayer que la población no debe entrar en pánico y comprar mascarillas en forma indiscriminada como ocurre en muchos países.
“La recomendación, en este momento, es que el uso de la mascarilla debe reservarse en la comunidad para los pacientes que tengan signos de infección respiratoria en los lugares en donde haya circulación activa del virus”, señaló.
Panameño subrayó que la mascarilla se debe dejar para los pacientes porque así “se bloquea la posibilidad de estar expeliendo partículas al medio ambiente por medio de la nariz o la boca”.
Manifestó que cuando esté circulando el virus estos recursos se deben dejar también para el uso de personas que tienen cáncer, enfermedades crónicas que mantienen débil su sistema inmunológico, para los adultos mayores y el personal sanitario; de lo contrario, se recomienda que las personas que tosan o estornuden usen toallas desechables y cubran la boca con la parte interna del codo.
Según indicó, existen dos tipos de mascarillas. Están las llamadas quirúrgicas, además de los respiradores n95 que son de mayor protección, pero estos últimos no se requiere que los use todo el mundo.
“El uso de mascarilla va a depender del tipo de contacto que yo voy a tener. Si voy a ver pacientes y aún así mi contacto va a ser de corta duración (como los recepcionistas) entonces una mascarilla quirúrgica puede ser suficiente. Ahora, si voy a estar en contacto prolongado con los pacientes, como los trabajadores de la salud, sí se requiere la n95, sobre todo si vamos a hacer procedimientos como aspiración, nebulizaciones, intubación. Y esta no es fácil de usar, hay que aprender a manejarla y acostumbrarse a respirar con ella”, citó el especialista.
Especialistas de varias partes del mundo coinciden en que el lavado correcto de las manos ayuda aun más a repeler el virus que utilizar mascarillas de forma indiscriminada.
