En la clínica sembraron rosales en memoria del enfermero Rojas, fallecido por COVID-19

Marcos Rojas trabajó en una unidad de Salud, el primer nivel de atención en el sistema de salud. Su muerte ha afectado a sus compañeros, quienes afirman que al ver las grafías del profesional en los diversos expedientes y documentos reaviva el dolor de su deceso.

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Marcos Rojas, enfermero de la Unidad de Salud de Colón, en La Libertad, falleció a consecuencia del COVID-19. Foto EDH/René Quintanilla

Por Susana Joma servicios@eldiariodehoy.com

2020-09-06 8:40:25

A más de un mes del fallecimiento del enfermero Marcos Rojas a causa del COVID-19, sus compañeros de la Unidad de Salud de Lourdes, en La Libertad, todavía viven el dolor de su partida, de no verle cumpliendo sus tareas diligentes, de no recibir sus consejos.

Rojas tenía 54 años de edad, dejó una viuda y un hijo pequeño. Todos sus colegas coinciden en que fue una persona y un profesional ejemplar, muy trabajador, lleno de alegría, solidario.

“Lo extrañamos bastante, nos hace falta tanto como compañero, como amigo y como trabajador”, afirma Yasmín Merlos, jefa de enfermeras de esta unidad en una entrevista vía telefónica.

La licenciada Merlos cuenta que el pasado 29 de julio, cuando se cumplieron los nueve días de su muerte, montaron un altar en honor a su colega, tal como lo hicieron cuando se enteraron de su partida; así que esa tarde, tras finalizar sus labores, hicieron el novenario en un área de la clínica.

Compañeros rinden homenaje al enfermero Marcos Rojas, recordado por su entrega al prójimo

En la actividad religiosa las oraciones fueron conducidas por los colegas de Rojas y fueron sus compañeras, la mayoría católicas, quienes se encargaron de los cantos.

El altar, además de las fotografías del enfermero y un crucifijo, también fue adornado con flores de todos colores, entre ellas destacaban rosas que les obsequiaron y con las cuales lo seguirán honrando.

“Nos donaron unas rosas para sembrar. Entonces en honor a él hemos sembrado las rositas, hemos hecho un pequeño rosal ahí en el área verde”, comenta.

 

 

 

OPINIONES DE ESPECIALISTAS

Iván Solano Leiva
Médico infectólogo

“Probablemente en los hospitales de tercer nivel, el personal tiene equipo de protección nivel 3. En donde más reportaba quejas el personal de Salud, que no se les había dado (equipo) era en las unidades, en el primer nivel de atención. Este es el equipo de Salud que les quisieron dar las mascarillas de hule que compraron en Guatemala, es parte de por qué han sido más afectados. En el caso del Seguro Social, como ejemplo el Hospital General del ISSS, el equipo de transporte fue muy afectado. A este personal que mucho trabaja en ambulancias, no les daban equipo de protección personal en el transporte de pacientes. Eso pudiera explicar por qué en hospitales de tercer nivel esta gente operativa, motoristas de ambulancia o los camilleros, quienes transportan a los pacientes, fueron bien impactados en el Seguro Social. El personal de Transporte del Hospital General del ISSS, si no fue el 100% (con COVID), fue muy cercano, y de ellos muchos fallecieron, tanto camilleros como motoristas”.

Miltón Brizuela
Presidente del Colegio Médico

“Siempre dijimos que este personal (del primer nivel de atención) pensaron que no estaba en primera línea y por eso no le proporcionaron equipo de protección personal nivel 2, por lo menos. Los dejaron con máscara quirúrgica o de tela y estuvieron expuestos y fueron los que se contagiaron más y fallecieron. Estas personas les costó acceder a una atención hospitalaria, muchos de ellos anduvieron rebotando en el mismo sistema que rebotó toda la población y cuando llegó a la asistencia hospitalaria, llegó con mayor complicación”.

Oscar Picardo
Investigador

“ El gráfico 5 me parece uno de los más relevantes, correlaciona los fallecimientos por tipo de trabajo y nivel de atención. Obviamente el primer nivel de atención es el que tiene mayor registros de médicos por atención directa al paciente, luego sigue el segundo nivel, pero en el tercer nivel lo que llama la atención es la cantidad de fallecidos por servicios operativos, es decir no médicos, no enfermeras, sino otro personal, posiblemente más motoristas, conserjes o recepcionistas, entonces aquí lo que se denota es la falta de equipos de bioseguridad; posiblemente esta gente no tenía el equipamiento requerido o las capacidades o las competencias para conocer cómo disponer de las medidas de bioseguridad y eso llevó a un registro alto de 11 decesos en el tercer nivel”.

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En el sitio en donde han colocado las rosas tienen previsto, además, mandar a erigir un pequeño busto del enfermero Marco Rojas y colocarle una placa, con una leyenda, todo en su honor: “Estamos esperando que se pongan bonitas las rosas porque acaban de sembrarlas”.

Según manifiesta Yasmín Merlos las rosas que han sembrado son amarillas, rosadas, rojas, de muchos colores, como era él, alegres.

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“Todavía lloramos. Nada más el 19 cumplió un mes y hasta ganas de llorar teníamos”, señala sobre su compañero quien se preparaba para jubilarse.

Gerson Alexander Dimas Barahona, técnico en enfermería, afirma también que todavía se siente mal cuando en los expedientes y encuentra la letra de Rojas quien también fue su amigo.

“Es más ahora (ayer) una compañera estuvo pasando unos datos de unos exámenes y casualmente ahí venía el nombre de él y dice Marquitos hasta este día todavía te sigo viendo”, agrega la jefa de enfermeras de la unidad de Salud.

Homenaje a Marcos Rojas, enfermero de la Unidad de Salud de Colón, en La Libertad, quien falleció a consecuencia del COVID-19. Foto EDH/René Quintanilla

El licenciado Marcos Rojas estaba asignado en el área de controles infantiles o maternos. Al respecto, Dimas Barahona expresa que le hubiera gustad mucho seguir trabajando con Rojas en esa área.

“Los pacientes extrañan mucho al señor Rojas. Ellos preguntan bastante, ya se habían acostumbrado a pasar con él. Aún dicen que no lo pueden ni creer, ni cuando vieron la noticia”.

Más allá del altar que hicieron, del rosal que han sembrado, los compañeros quieren corresponder con el cariño de su compañero y siguen luchando para que su plaza sea asignada a su viuda, quien también comparte su profesión.

La jefa de enfermeras expresa que le están dando seguimiento al proceso de la esposa de Rojas y hasta donde conocen ella ya firmó documentos para asumir la plaza de su esposo fallecido, pero está pendiente que la Corte de Cuentas abra ese espacio.

Según precisa, la viuda del enfermero labora en un hospital público de Soyapango, pero no tiene plaza oficial.