Con birrete, una toga y unas pantuflas, Alison Valeria Sánchez Rodríguez de 18 años culminó sus estudios de bachillerato y recibió su título en una ceremonia virtual organizada por los profesores del colegio Belén de Santa Tecla. Con sentimientos encontrados, emociones en el rostro, Alison junto a su familia esperaba en la sala de su casa, frente a una pantalla, el llamado de su maestro para ponerse de pie y alzar su título en señal de triunfo. Al llegar al número 33 su nombre se escuchó por los parlantes de la televisión.
“Éxito logrado”, fueron las palabras de Alison al ponerse de pie y mostrar su título de bachillerato. Sus padres, rápidamente en tono dijeron: “Damos gracias a Dios”. Así mismo lo hicieron los 70 alumnos de la institución en una graduación que duró dos horas y con todos los protocolos como si se tratase de una actividad presencial, con su mesa de honor, sus maestros de ceremonias, padres y graduados pero todo de forma virtual.
“Al principio no estaba familiarizada con esto de Zoom, google meet, que era donde nos daban las clases a nosotros y me costó un poquito, incluso siento que a los profesores les costó más pero juntos pudimos salir de esta y acá estamos. Siento que mis maestros fueron un buen apoyo porque si algo no entendíamos ellos buscaban algún video de refuerzo para que nosotros fuéramos entendiendo de forma más fácil”, enfatizó la joven bachiller.
“Nunca me espere que este año fuera así, más en mi año de promoción. Al principio dijeron que no íbamos a ir en dos semanas y ni siquiera nos despedimos bien pero paso el tiempo y ahora estamos graduándonos así y fue difícil de no ver a mis compañeros y amigos”.
Los profesores siempre les exigieron a sus alumnos estar concentrados en clases y activar las cámaras como parte del respeto y disciplina. Recuerda que de la imagen no era muy exigentes a la hora de las clases. “Del pelo no nos decían nada, tampoco de vestir hasta con pijama andaban algunos, la verdad es que no nos exigían estar con uniforme, este fue un privilegio que teníamos y fue más cómodo para recibir clases para poder aprender. A mí me da un poco de nostalgia porque no fue como hubiera querido terminar mi año, desde chiquita venía soñando el día perfecto del año de la promo, el baile, y ni siquiera tuvimos fiesta. Algo difícil pero es un año que en nuestra memoria estará muy presente que fue único y diferentes a los demás”, comentó.
Una de las ventajas de recibir las clases virtuales es la comodidad pero mantener la responsabilidad era el reto.
“Puedes estar súper cómodo en la casa, en el sofá con pijama pero una de las desventajas que si de verdad no se toman las clases en serio no se va aprender nada y en un futuro al que va afectar es a uno, no al profesor ni al compañero sino que depende de uno tomarse enserio las cosas para poder triunfar”, recalcó.
A pesar que las clases presenciales se han suspendido, algunos de sus compañeros se enfermaron de COVID-19 y fue en esos días fue donde broto más que nunca el apoyo emocional en los grupos de whatsapp. “Con mis amigos estuvimos más unidos que nunca porque nos apoyamos, incluso algunos de mis compañeros que se enfermaron de COVID-19 y juntos les dimos apoyo para que salieran adelante, llegamos hacer una familia”, comentó.
Recalca que si tuviera que resumir todo lo que ha significado este año lo haría con la palabra esperanza porque a pesar de la pandemia han podido superar todas las barreras.
“Lo hicimos juntos como equipo y eso es una forma de esperanza que le damos a la humanidad de que también podemos trabajar juntos para que seamos mejores personas”, expresó.
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En su memoria quedará marcado el esfuerzo de sus padres para brindarle todo el apoyo en esta etapa de su vida, los maestros porque le demostraron su apoyo y cariño, a las madres por el cariño que les demostraron a todo sus alumnos y sin faltar a sus compañeros por haber hecho este año soportable y único.
“Va a quedar siempre en mi memoria. Algún día vamos a volver a la normalidad que teníamos antes, vamos a recordar todo lo bonito porque eso nos va unir más y hacernos más grandes”, expresó. Ahora su propósito en la universidad es estudiar a mercadotecnia porque su sueño es tener su propia empresa.
Para Nelson Sánchez Solís, padre de Alison, fue un reto acoplarse, hacer uso de las tecnologías, dominar las aplicaciones. “Para nosotros es una experiencia diferente, desde el año pasado nos veníamos preparando, habíamos reservado el hotel, todas las coordinaciones necesarias pero Dios sabe cómo nos lleva, no íbamos a poner en juego la salud de nuestras familias. Esto les deja una gran lección como jóvenes, el que se quiere superar se supera y rompe todas las barreras”, recalcó.
Afirmó también que lo más importante es no olvidar las raíces, de donde vienen y hacia dónde van, no olvidar que pueden hacer de esta sociedad un futuro mejor.
“Este cambio nos ha venido a impulsar a la tecnología y es ahí donde tenemos que ser inteligentes, a mí me costó meterme a las reuniones zoom, me costó compartir pantalla pero los jóvenes lo manejan bien”, expresó.