Son ocho cuerpos los que hasta el miércoles anterior habían sido recuperados en el inmueble 11 del Callejón Estévez de la ciudad de Chalchuapa. Los últimos cuatro sacados el miércoles fueron ya parte de los trabajos de excavación que realiza el criminalista de la Fiscalía General de la República, Israel Ticas, según afirmaron fuentes fiscales y policiales cercanas al proceso judicial y a las tareas de recuperación de cuerpos que se realiza en el lugar desde el pasado domingo.
Los primeros cuatro cuerpos corresponden a Mirna Lima Cruz, de 57 años, Jackeline Cristina y Alexis, ambos de apellido Palomo Lima (hijos de Mirna) y el del hermano del único capturado como sospechoso, de esos asesinatos, Hugo Ernesto Osorio Chávez, un exagente de la Policía Nacional Civil (PNC). De los cuatro recuperados el jueves no hay identidad aún.
De acuerdo con las fuentes que pidieron no revelar sus nombres, el miércoles recuperaron cuatro bolsas plásticas dentro de las cuales había restos humanos, supuestamente un cadáver por cada bolsa. Estos fueron evacuados ya al Instituto de Medicina Legal de San Salvador para sus respectivos análisis.
Según las fuentes fiscales y policiales, algunos investigadores vinculados al caso ya conocían al sospechoso cuando este fue agente de la Policía Nacional Civil; a estos mismos les ha confesado de manera extrajudicial que en el inmueble hay 47 cadáveres.
Desde luego, las afirmaciones de Osorio Chávez están siendo corroboradas por la Fiscalía y unidades especiales de la policía, entre estas la unidad especial para búsqueda de personas desaparecidas.
Las fuentes aseguran que es el mismo sospechoso quien les ha señalado el lugar donde están las fosas con los cadáveres.
Según las fuentes, hasta el miércoles anterior, Ticas trabajaba en cuatro fosas con la ayuda de un grupo de reos en fase de confianza. quienes le ayudan a excavar.
“El miércoles se discutía darle criterio de oportunidad al expolicía para que siguiera colaborando; se tiene la expectativa de resolver muchos casos de desaparecidos"
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Sin embargo, al mediodía de este viernes, la Fiscalía General de la República informó que el trabajo se había ampliado a siete fosas, donde podría haber cadáveres de hasta dos años de estar enterrados en el lugar. Además, esa institución informó que habían rescatado 10 cadáveres.
Entre esos cuerpos destaca Fiscalía, una niña de 7 años, y otros dos menores, uno de 2 años y otro de 9.
De acuerdo a las investigaciones, Osorio Chávez usó el patio trasero de su vivienda para deshacerse de los cadáveres de las jóvenes que llevaba con engaño hasta su casa; aunque también ha dicho que hay cadáveres de hombres, según las fuentes de este Diario.
De acuerdo con las fuentes, entre los cadáveres de hombres que Osorio ha dicho que están enterrados, está el de un sujeto que, de confirmarse lo dicho por el sospechoso, podría dar un gran impulso a las investigaciones sobre la desaparición de una mujer que lleva ya casi dos meses de desaparecida y cuyo caso ha causado gran conmoción a nivel nacional.
Según las fuentes, en el inmueble se han encontrado algunos documentos que podrían ser de algunas víctimas, así como ropa interior y otras prendas de uso femenino.
Entre las víctimas que están enterradas, hay una joven de Ilobasco, según ha confesado el supuesto asesino. De ella podría ser uno de los cuatro cadáveres recuperados el miércoles anterior, indican los informantes.
La mayoría de mujeres víctimas, según ha confesado el sospechoso, eran jóvenes a quienes contactaba con engaños, ofreciéndoles trabajos como edecanes o, incluso, de llevarlas a México a trabajar. Con esas promesas, Osorio Chávez trasladó a algunas de sus víctimas hasta su vivienda, donde las violaba continuamente y luego las asesinaba.
Stefany se salvó
Ese modo de operar del sospechoso de la masacre data de por lo menos una década.
Al final de la tarde del martes 23 de agosto de 2011, Stefany (nombre cambiado) llegó al parqueo de Metrocentro San Salvador, a donde Osorio Chávez la había citado luego de que la menor, de solo 15 años, fuera contactada a través de una franja de televisión de un canal local, en el cual se intercambiaban números de celulares u otras formas de contacto para establecer relaciones personales.
Osorio Chávez llegó con un poco de retraso a la cita con la adolescente. Cuando la tuvo frente a frente, entre otras cosas, el sujeto le dijo a Stefany que era hondureño, le ofreció dinero y trabajo en México donde él tenía un grupo de reguetón.
Además, le ofreció que le arreglaría el cabello y le compraría teléfonos celulares, a cambio, tendría que acompañarla a un lugar más íntimo.
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Stefany fue rescatada de Osorio Chávez porque era parte de un plan que su padre, ella y elementos policiales habían urdido como parte de una investigación sobre la desaparición de una hermana de Stefany.
Cuando Osorio Chávez llevaba a Stefany hacia el parqueo donde tenía su motocicleta, investigadores policiales intervinieron y lo capturaron. Sin embargo, esa investigación no llegó a buen término, porque no lograron probar su responsabilidad en la desaparición de la hermana de Stefany.
Tal como lo ha dicho ya la Fiscalía, entre las víctimas también podría haber cadáveres de personas que habían contratado al hermano de Osorio Chávez para que de forma ilegal los llevara hacia Estados Unidos, pues éste se dedicaba al tráfico ilegal de personas.
Decenas de fotos de víctimas
Los investigadores de la unidad especial de personas desaparecidas han logrado recopilar decenas de fotografías de personas que podrían estar enterradas, según los mismos relatos de Osorio Chávez, en el patio que mide 8 por 6 metros.
De acuerdo con las fuentes, todo cuanto se ha avanzado en las investigaciones y, sobre todo, en la recuperación de cadáveres en el lugar, ha sido porque el mismo Osorio Chávez ha relatado con lujo de detalles el tipo de sus víctimas, por qué y cómo las mató.
Incluso, el sospechoso ha revelado que para matar a la mayoría de víctimas no utilizó arma blanca ni armas de fuego, a pesar de que es experto en el manejo de estas últimas.
Su arma favorita, ha dicho, era un tubo de metal. Generalmente se ganaba la confianza de las víctimas, las inducía a ingerir bebidas alcohólicas y cuando ya éstas tenían poca capacidad de resistencia, les asestaba un golpe en la cabeza o en la nuca con el tubo de hierro.