María Hernández veía desconsolada su puesto y el de su hija, sepultados bajos los escombros causados por la explosión de gas al interior de un restaurante de comida rápida en Santa Ana.
Ella, su madre, su hija y sus dos nietas de tres y siete meses recibieron de lleno el impacto . El puesto en que trabajan está justo al frente del restaurante.
Hernández narra que la explosión ocurrió aproximadamente a las 11 de la mañana y al escucharla, ella y su hija huyeron, sin embargo no pudieron escapar ambas. La hija y nietas de María fueron atrapadas por el fuego.
“Ahorita mi hija está ingresada con quemaduras y mis dos nietos están en el Bloom”, dice Hernández con una voz llena de impotencia. A su vez explica que su hija tiene quemaduras de tercer grado, al igual que su madre, una anciana de 70 años, y su nieto de tres meses está entubado en condición delicada en el Hospital Benjamín Bloom.
Los problemas para la comerciante se siguen acumulando, pues además de la condición de salud de su familia, la mujer tuvo al menos $3 mil dólares en pérdidas materiales, pues su hija había invertido 2 mil para comprar ropa y vender en esta temporada de fin de año, más los daños de sus puestos.
La mujer pide ayuda a las autoridades para poder levantar nuevamente su puesto y poder solventar las cuentas médicas que se avecinan.
Quién desee ayudar a María puede comunicarse con ella al: 7013-5370.
Asimismo, otro menor de edad se encuentra también ingresado en el Hospital Bloom a causa de las heridas por la explosión, según confirmó el ministro de Salud, Francisco Alabí, quien llegó a dicho centro médico por la tarde.
“Un paciente de tres meses de edad reporta una quemadura grave de la vía aérea (la nariz), más una quemadura del 15% de superficie corporal de segundo grado”, detalló el ministro Alabí, en referencia al nieto de María.
“Estuvimos a punto de entrar al restaurante”
Minutos antes de la explosión, Ana Albanés y su hija, que se dedican a la venta ambulante de verduras en el mercado, iban de camino a comprar su almuerzo, sin embargo una de las comerciantes del lugar ofreció regalarle un ciento de verduras, por lo cual se dispuso a dejarlo a su hogar.
“Íbamos a una cuadra cuando escuchamos la gran explosión”, dice la comerciante.
Otra de las cosas que lamenta Albanés es que este 4 de enero comenzaba la actividad comercial en el mercado y debido a la explosión muchas personas perdieron la venta de este día.
De esa forma, María Hernández explica que no es la primera vez que sucede un percance de este tipo en ese restaurante, pues hace dos años hubo una explosión similar, sin embargo en esa ocasión solo hubo daños mínimos dentro del local.