Tras recibir el pergamino que lo acredita como “Hijo Meritísimo de El Salvador”, en la Asamblea, el rector de la UCA, Padre Andreu Oliva, brindó un discurso en el que dijo sentirse lastimado por lo que está ocurriendo en El Salvador.
“He intentado vivir a diario lo que cantamos en el himno nacional… () de hijos suyos podernos llamar… (), por ello me duele que se viole la Constitución de la República, que no se respeten las leyes que aprueba esta Asamblea Legislativa, que se margine y condene a la pobreza a hermanos nuestros, que nos relacionemos de forma inhumana, que se aliente el odio y la división entre hermanos, que se atente contra la vida y los demás derechos humanos fundamentales que están consagrados en nuestra Carta Magna”, manifestó Oliva desde el podio central del Salón Azul.
Señaló que El Salvador enfrenta grandes desafíos desde hace décadas que no siempre ha logrado superar, “no podemos seguir marginando a la mayoría de la población sin ofrecer una vida segura, un trabajo digno y decente, una educación y salud de calidad”.
Oliva hizo referencia a miles de personas que se ven obligadas a emigrar del país porque no cuentan con las condiciones mínimas de subsistencia en El Salvador.
Manifestó que el país no puede seguir discriminando a una mitad de la población que no ha tenido acceso a que se cumplan sus garantías constitucionales ni a seguir fomentando el odio entre la población, sino buscar el diálogo para resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía.
“Debemos dejar a un lado el odio, la división, nuestros intereses particulares, incluso, el propio bienestar, debemos trabajar juntos y unidos dando todo de nosotros mismos para cambiar esta dura realidad”, expresó Oliva.
Exhortó a la clase política a trabajar unidos en la ruta de un proyecto en común que tenga como objetivo el debate de las ideas y el diálogo entre las distintas fuerzas políticas “para buscar el bien común y el de todos los salvadoreños y no solamente de algunos grupos o de élites económicas, políticas y culturales”.
Dijo que, para ese cometido, la Asamblea es el espacio idóneo para establecer un marco normativo que establezca la democracia, el Estado de Derechos y el respeto a la Constitución.
“Llevamos muchos años enfrentados, sin amistad social, sin relación armoniosa entre nosotros, es necesario hacernos conscientes de ello y de la urgencia de encontrar estas soluciones”, manifestó.