"Es difícil calcular la magnitud del daño", dice Armando Alfaro, tras explicar como afecta a su propiedad el desplazamiento de materiales extraídos y abandonados de la recién finalizada ampliación de la carretera a Zacatecoluca, departamento La Paz.
También expone que pese a los múltiples llamados a quienes cree responsables no ha logrado la respuesta favorable que espera.
La familia Alfaro en Zacatecoluca arrendó un terreno a una de las constructoras responsables de la ampliación de la carretera entre San Salvador y Zacatecoluca, La Paz, y ésta vació materiales sobrantes en la propiedad los cuales se desplazan hacia su casa y amenazan con causar daños de gran magnitud
Armando vive en el kilómetro 48 de esa carretera, en el caserío Nahualapa, cantón El Pedregal, jurisdicción del municipio El Rosario.
Su propiedad limita en 250 metros con otra utilizada para abandonar gran parte de la piedra y tierra extraída durante la ampliación de la referida vía.
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Ambos terrenos solo los divide una frágil e improvisada barrera levantada con lámina y cuartones de madera. En la base también hay piezas de separadores de calle.
En el segmento más bajo de la división de los terrenos la altura menor del apilado de materiales suma los 4.5 metros aproximados y la mayor los 12.
Además, a lo largo existen vestigios de una reducida tubería, la cual en el inicio fue usada como desagüe, pero la misma cantidad de agua que debió evacuar, los derrumbes del suelo donde fue asentada y la saturación de lodo en su interior la ha dejado inservible.
"Aquí la naturaleza está pasando factura, el desplazamiento de materiales puede destruir hasta mi casa, el taller y la bodega", relata Armando.
Y no es para menos la preocupación de él, pues en algunos zonas de su propiedad ya hay arena y pequeñas piedras que se han desplazado, también se observa como la barrera improvisada comienza a ceder.
Inspecciones sin respuesta
La propiedad contigua, donde permanecen los materiales, fue alquilada por el mismo Armado Alfaro, quien tiene el poder legal sobre la misma, a la constructora Hidalgo, sucursal El Salvador.
Sin embargo el contrato especificaba que la propiedad sería usada para depositar material sobrante de la carretera, pero no como destino final de los mismos.
El 24 de mayo de este año la propiedad fue devuelta a Armando, y los riegos fueron evidentes.
"El relleno fue construido sin permisos del arrendante, son al menos 3 mil volquetadas de 15 metros cúbicos cada una las que dejaron en el lugar", relata Armando.
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A la vez él considera que entre las opciones que se pueden tomar en este caso son: remover el material o mejorar la salida de agua.
A ese lugar ya se ha acercado personal de Protección Civil de la localidad, también del área de medio ambiente municipal, y han levantado acta de sus inspecciones; ambas coinciden en el riego inminente de derrumbes y la posible afectación.
El 16 de agosto se buscó la versión de personas quienes se identificaron con Armando como representantes de la constructora Hidalgo, sucursal El Salvador. Sin embargo, no respondieron los mensajes.
Desde la Dirección de implementación de proyectos de infraestructura logística del Ministerio de Obras Públicas, MOP, dijeron que la institución no es responsable por daños provocados por terceros.
