Las calles de Ahuachapán se iluminan con miles de farolitos, que son elaborados con maderas y forrados con papel celofán de múltiples colores, lo que le da un realce a dichas estructuras.
Como es tradición, cada 7 de septiembre, los lugareños celebran la víspera del Nacimiento de la Virgen Niña, con una serie de actividades religiosas, culturales y artísticas, que atrae a los visitantes de todas partes de El Salvador.
La tradición en un inicio incluía solo colocar los faroles en pequeños árboles que estaban en frente de las viviendas; sin embargo, con el paso de los años, las personas fueron innovando y comenzaron a crear estructuras más elaboradas como túneles e iglesias.