Dos jóvenes hicieron un examen, salieron del ITCA y luego los mató una pandilla

Además de estudiar Técnico en Electricidad, Julio y César tocaban música cristiana. Ambos eran talentosos con la guitarra. Hay dolor y luto en Nahuizalco y Salcoatitán tras el confuso crimen.

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Por Jorge Beltrán Luna

2019-04-07 9:16:08

Julio César Tadeo Tépaz y German Alexánder Cortez Eguizábal no solo tenían en común que eran estudiantes del Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA, Santa Tecla); también ambos eran evangélicos y en sus respectivas iglesias eran músicos. Tocaban cualquier instrumento aunque preferían la guitarra.

Antes de ser asesinados, ambos se sometieron a un examen y se retiraron del ITCA sin imaginar que aquellos eran los últimos momentos de sus vidas.

Julio y German tenían 18 y 19 años, respectivamente. No tenían ningún vínculo con pandillas ni otro problema que fuera razón para que alguien los matara. Sin embargo, el viernes, poco después de mediodía, fueron asesinados a balazos en una comunidad dominada por la pandilla 18 Revolucionaria, en la comunidad San Sebastián, municipio de Mejicanos.

Los cuerpos de dos estudiantes originarios de Sonsonate fueron sepultados en los municipios donde residían. Ellos fueron asesinados el viernes 5 de abril.

 

Se ha dicho que los dos estudiantes originarios de Nahuizalco y Salcoatitán, departamento de Sonsonate, fueron asesinados cuando buscaban una ruta alterna debido a que la carretera a Los Chorros estaba obstruida por un derrumbe de rocas.

No obstante, esa versión no está comprobada porque los jóvenes fueron asesinados cuando ya retornaban a sus viviendas.

De acuerdo con familiares de los dos estudiantes, el pasado viernes 5 de abril, los dos llegaron al ITCA con un poco de retraso. Esa mañana tenían un examen. Fueron los últimos en rendir el examen. Como a las 11:30 se retiraron.

De la misma zona de Sonsonate, conocida como Ruta de la Flores, también viajaba otro joven que aquel viernes no acompañó a Julio y a German en el viaje de regreso.

De acuerdo a lo que ese joven ha comentado a los familiares de una de las víctimas, aquel viernes después del examen Julio y German lo conminaron para que emprendieran juntos el viaje de regreso a sus casas.

Pero él les dijo que por llegar temprano al examen no había desayunado y que prefería comer antes de emprender el regreso a su casa. Les dijo que se adelantaran, que luego los alcanzaría.

Asesinados en territorio 18R
Julio y German dijeron que abordarían un transporte que los llevara a la Terminal de Occidente, sin embargo, no queda claro cómo es que llegaron a la comunidad San Sebastián de Mejicanos.

Gilberto, el padre de Julio dice que no se explica cómo es que fueron a parar al lugar donde los mataron, pues, según él, de Santa Tecla no hay ninguna ruta que los lleve directo a Mejicanos.

La comunidad San Sebastián es un vecindario bajo control de la Pandilla 18 Revolucionaria; del territorio dominado por la Mara Salvatrucha solo los divide la calle conocida como Calle del Tobogán.

De acuerdo con fuentes policiales, en ese sector de la calle El Tobogán la disputa territorial entre la pandilla 18 y la MS-13 es bastante fuerte.

Además, la venta de droga al menudeo es un negocio que las dos pandillas tratan de hegemonizar, aseguran los informantes.

El municipio de Mejicanos es uno de los más violentos en cuanto al índice de homicidios.

El mismo día que mataron a Julio y a César, una mujer de 18 años fue acribillada a balazos mientras cargaba a su hijo de solo meses de edad. El bebé logró sobrevivir.

Sueños truncados
Tanto Julio como German pertenecían a familias de escasos recursos económicos que con mucho sacrificio los estaban apoyando para que se prepararan académicamente.

La madre de German apoyaba a su hijo con los gastos de estudio, trabajando en oficios domésticos. Era su hijo mayor quien tenía muchos sueños y por ello había decidido estudiar un técnico en electricidad.

Además, German dirigía el grupo musical Transformados, Jóvenes Embajadores de Cristo, de la Iglesia de las Asambleas de Dios de Salcoatitán.

German Alexánder Cortez Eguizábal dirigía el grupo musical Transformados, Jóvenes Embajadores de Cristo, de la Iglesia de las Asambleas de Dios de Salcoatitán.

German fue sepultado a media mañana, en el cementerio municipal de Salcoatitán, donde vivía.

Entre tanto, Julio vivía en el caserío Salama del cantón Sisimitepet, municipio de Nahuizalco.

Gilberto, su padre, trabaja como obrero en una empresa de San Salvador.

El hombre de 46 años recuerda aquel 19 de febrero de este año, cuando su hijo le dijo que ese era el último día para matricularse en el ITCA.

Gilberto recuerda que aquel día en la mañana le entregó a su hijo el dinero para que viajara a Santa Tecla, a inscribirse en la carrera de Técnico en Electricidad.

Era lo único que tenía pero se lo entregó a su muchacho porque éste le había dicho con mucho entusiasmo que quería prepararse.

Aquel 19 de febrero, cuando Julio llegó al ITCA se dio cuenta de que le hacía falta un documento que debían entregarle en la institución donde había cursado el bachillerato, el Instituto Thomas Jefferson, de Sonsonate.

El joven tuvo que ir a Sonsonate y volver a Santa Tecla. Pero logró la matrícula.
Cuando Gilberto regresó a casa, su hijo le comentó todas las peripecias que había tenido que hacer. Pero lo había logrado.

Julio salía todos los días a las 4:00 de la mañana de su casa para Santa Tecla. Regresaba a media tarde para ayudar en algunos quehaceres y luego ir a la iglesia evangélica Apóstoles y Profetas, donde se congregaba.

Julio César Tadeo Tepaz era estudiante de primer año en el ITCA e integrante del grupo musical de la iglesia evangélica Apóstoles y Profetas del cantón Sisimitepet, en Nahuizalco. Foto EDH/ Lissette Lemus

Los últimos recuerdos
Aun con las limitaciones económicas, Gilberto había comprado dos guitarras a sus hijos, una de estas eléctricas. Porque tres de sus muchachos formaban parte del Ministerio de Alabanza Enmanuel de la Iglesia de Apóstoles y Profetas del cantón Sisimitepet.

En la tarde del jueves anterior, cuando Gilberto regresó a su casa, halló a Julio tocando la guitarra. De inmediato le preguntó por qué no había ido a la iglesia.

El muchacho le respondió que se había quedado ensayando unas alabanzas que deberían cantar ayer, domingo, en la iglesia.

El viernes en la madrugada, Gilberto le recomendó a su muchacho que tuviera cuidado, que se encomendara a Dios. Era lo que casi siempre le decía.

Gilberto jamás creyó que a su hijo le fuera a pasar una cosa así. Era un muchacho estudioso, entregado a las cosas de Dios, afirma.

La cantidad de gente que asistió ayer al entierro refuerza lo que dice Gilberto.
Bajo una fuerte tormenta, a la mayoría de habitantes del cantón Sisimitepet no le importó caminar entre cinco y seis kilómetros bajo la lluvia, para darle el último adiós a Julio.

Julio César Tadeo fue sepultado en el cementerio de Nahuizalco. Foto EDH/ Lissette Lemus
FOTOS:

Entre lluvia y lágrimas Nahuizalco despide a Julio César Tepaz, uno de los dos jóvenes asesinados en Mejicanos

Julio César Tadeo y Germán Alexánder Cortéz Eguizábal asesinados el viernes poco después del mediodía en un sector del municipio de Mejicanos fueron enterrados hoy en Salcoatitán y Nahuizalco, donde residían.