Chocoyito, el payaso que conmueve con su testimonio marcado por una tragedia familiar

José Domínguez, nombre real del artista, enfoca su espectáculo en la unión familiar, los valores y el amor a Dios. Su historia surge del secuestro y asesinato de su hijo Nathanael.

descripción de la imagen
Chocoyito desarrolla un show poco común que, de manera gratuita, presenta en todos los centros educativos del país donde le es permitido. Son poco más de 45 minutos de risas pero también de reflexión. Foto EDH/René Estrada

Por Mauricio Pineda

2019-02-05 10:56:17

Chocoyito es uno de los payasos salvadoreños con mayor reconocimiento artístico a nivel nacional e internacional, pues desarrolla un show poco común que, de manera gratuita, presenta en todos los centros educativos del país donde le es permitido.

Son poco más de 45 minutos llenos de carcajadas; la diversión está garantizada, pero también el momento de reflexión. Las lágrimas también suelen aparecer entre la concurrencia.

Su nombre real es José Domínguez, y ha cursado estudios universitarios en Ciencias Jurídicas y Teología. Su incursión en el mundo de los caritas pintadas surge, irónicamente, de una tragedia familiar: el asesinato de su hijo, Nathanael.

GALERÍA

Conoce al payaso que predica con su testimonio de vida

José Domínguez, nombre real del artista, enfoca su espectáculo en la unión familiar, los valores y el amor a Dios. Su historia surge del secuestro y asesinado de su hijo Nathanael.

La historia de Chocoyito trascendió en septiembre 2015, cuando una caravana de payasos lo acompañó a un cementerio capitalino para enterrar a su hijo de 18 años, quien fuera secuestrado y encontrado sin vida ese mismo año.

“Nathanael no dejaba de decirme todos los días ‘te amo papá’, estoy muy orgullo de usted y lo amo con todo mi corazón”, relató Domínguez, mientras en una de sus funciones retiró el maquillaje que da vida a Chocoyito.

Tras casi 20 minutos de risas, y locas ocurrencias de este personaje, llegó el momento de la reflexión, el agridulce, como muchos lo describen pero que es el punto medular de su espectáculo.

“Tenía una foto de mi hijo, la abracé y quería que mi hijo me dijera te amo, pero él ya no estaba. Quería decirle cuánto lo amaba, y mi hijo ya no estaba”, expresó Domínguez, con la voz entrecortada. Las lágrimas vuelven a salir, hay aplausos para animarlo.

Payaso chocoyito , en Soyapango. Fotos EDH / René Estrada

Del lado de los espectadores, padres de familia y sus hijos, también hay lágrimas. Se abrazan fuerte, el mensaje de unión familiar que promueve Domínguez caló en sus corazones.

“¿Cuándo fue la última vez que le dijeron a sus padres te amo? Madres y Padres, ¿cuándo fue la última vez que abrazaste a tu hijo y le dijiste te amo?”, les dijo el artista, a modo de reflexión.

Tras el asesinato de su hijo Nathanael, José Domínguez pasó mucho tiempo deprimido; a su hijo menor tuvo que sacarlo del país por temor a que ocurriera otra tragedia.

Sin embargo, cuenta que en cierta ocasión, cuando se informaba de las noticias nacionales sobre casos de niñas abusadas y de jóvenes que ingresaban a las pandillas, sintió en su corazón que debía hacer algo por las nuevas generaciones.

Payaso chocoyito , en Soyapango. Fotos EDH / René Estrada.

De ahí surgió “Buscando Sonrisas”, un proyecto personal que tiene como objetivo perseguir la risa entre las familias desintegradas o que pasan por momentos duros como los que a él le tocó vivir. Y qué mejor show que su propio testimonio.

Su talento le ha servido, incluso, para llevar alegría a los pequeños pacientes que se encuentran ingresados en el Hospital de Niños Benjamín Bloom.

Familia lamenta la muerte de José German, el hombre detrás del payaso “Chiflín” que se ganaba el sustento como “gestor de tráfico”

Chiflín murió atropellado luego de 20 años de dar vía en el difícil paso del desvío a Opico. Será recordado como el gestor de tráfico que recurría a disfraces de diversos personajes para ganar unas monedas. Así sacó adelante a sus hijos.

Las presentaciones también son llevadas, además de los centros educativos del país, a todo tipo de instituciones, iglesias y comunidades.

“Dios tuvo misericordia de mí”, aseguró Chocoyito al referirse que hubo momentos, en su depresión, que estuvo a punto de quitarse la vida con mata ratas.

Consideró que desde el cielo su hijo Nathanael, que también se preparaba para ser payaso, ve con orgullo el trabajo que hace en función de todos los jóvenes salvadoreños.

Para contactar a Chocoyito se detallan los siguientes números: 6153-3637, 7973-4224.

Payaso chocoyito, en Soyapango. Fotos EDH / René Estrada.