Fundación Domenech y sus huellas en la Costa del Sol

La organización sin fines de lucro desarrolla proyectos integrales que potencian la educación, el cuidado del medio ambiente y la generación de empleo entre los habitantes de ese punto de la costa salvadoreña.

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Foto EDH/Cortesía

Por Susana Joma

2018-12-18 7:59:28

En una década de trabajo, la Fundación Domenech ha logrado cambios en las condiciones de vida de los residentes en comunidades de la Costa del Sol, en el municipio de San Luis La Herradura, como resultado de la ejecución de proyectos vinculados con la promoción de la educación formal, la educación ambiental, el emprendimiento y la equidad de género, entre otros.

Fernando Medina Arias, director ejecutivo, explica que esta organización nació el 2 de febrero de 2008 gracias al cariño especial que su fundador, Juan José Domenech, guarda hacia esta zona y sus residentes.

Expuso que los primeros pasos de la fundación en la zona estuvieron encaminados a mejorar las instalaciones del Centro Escolar Profesor Reynaldo Padilla, como parte de ello se construyeron aulas que permitieron abrir ahí el bachillerato en turismo y convertirlo en complejo educativo.

“Llegamos a construir aulas y solo con ese acto la deserción escolar bajó, porque lo que pasaba es que los muchachos de la Costa (del Sol) no tenían un centro escolar cerca para estudiar bachillerato y se iban hasta San Luis La Herradura”, citó Medina Arias.

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En la actualidad el centro educativo cuenta con alrededor de 600 alumnos en sus turnos y los que se gradúan con buenas calificaciones tienen la oportunidad de beneficiarse de becas que entrega la citada fundación.

“Hasta el momento hemos otorgado 27 becas en universidades (del país) y llevamos ya seis graduados”, manifestó.

Entre el proyecto de infraestructura de la escuela y el programa de becas estima que han invertido alrededor de $200,000.

Tras lograr la ampliación del servicio educativo vino la creación y puesta en marcha de Callotl, un programa de conservación de tortugas marinas que supuso la construcción de corrales de incubación. Hoy en día el área de corrales ha crecido y da empleos directos a cuatro personas y beneficia a más de 500 tortugueros. “Hasta la fecha ya estamos cerca de (alcanzar) los 500,000 neonatos liberados”, sostuvo.

Sin embargo, el representante de la Fundación sostiene que conscientes de que la liberación de neonatos no garantiza en si la conservación de estas especies, le apostaron a cambiar los patrones de vida de los residentes y eso significó establecer un programa de educación ambiental, a través del cual han educado a más de 1,300 niños que asisten a los ocho centros educativos de la Costa del Sol.

Para enseñar a los estudiantes sobre temas como Biología de la tortuga marina, cambio climático y desechos sólidos, Callotl diseñó y aplicó materiales educativos innovadores y atractivos para favorecer la asimilación de la información. Los recursos de este año se centraron en las aves y tortugas del estero de Jaltepeque.

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Además, como parte de ese esfuerzo capacitaron a los pescadores para que respeten la veda de tortugas que se estableció en 2009 y que apoyen los esfuerzos de conservación de los quelonios.

Esa estrategia educativa fue acompañada con la creación de nuevas opciones laborales, específicamente con el tema de artesanías que se elaboran a partir de la estopa de coco, una actividad que hoy en día además de asegurar ingresos a los residentes también le permite a la Fundación seguir financiando la conservación.

Según datos de la organización, en ese punto de la costa hay 6,500 habitantes, de los cuales alrededor del 63 % son mujeres y el resto hombres.

“La Fundación detectó que allá el coco seco se quemaba y, al quemar el coco, hablamos que se está quemando de $ 20 a $ 30 dólares en producto. Se le enseñó eso a la comunidad y ahora ya no queman el coco seco, porque todo lo generan en productos que ya se están vendiendo entre distribuidores aquí en San Salvador y también se están exportando”, afirmó Fernando Medina Arias.

Son alrededor de 23 artesanos los que trabajan en los talleres que tiene Callotl y, además de generar accesorios como collares, aretes, entre otros, también producen juguetes de tela con forma de animales marinos, así como carteras que complementan con algunas aplicaciones hechas de coco. “Esto sí es sostenible, porque alrededor del 50 o 60 % de la venta de los productos van directo al artesano, porque creemos en el pago justo al artesano. El resto va para el sostenimiento del taller y el corral de incubación”, afirmó.

Para potenciar el proyecto de artesanías la organización ha hecho alianzas con la Asociación Cooperativa del Grupo Independiente pro Rehabilitación Integral (ACOGIPRI).

La aspiración de la fundación es que esas artesanías lleguen a ser representativas de la zona.

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Siempre dentro de las labores de conservación con el sello Callotl, y en alianza con el FIAES, se lleva a cabo el proyecto de Pesca Responsable, con el cual se busca recuperar la población de peces, y para ello en todo el estero de Jaltepeque lanzan estructuras que se convierten en arrecifes artificiales que propician un hábitat a diferentes especies.

El director ejecutivo de Fundación Domenech expone que lo que les caracteriza a esta organización sin fines de lucro es que los proyectos que sostienen son integrales y enfocados a un mismo objetivo, que es el desarrollo sostenible de la Costa del Sol.

De acuerdo con los datos que proveyó la Fundación, la inversión que han hecho junto con FIAES ronda el medio millón de dólares.

Los esfuerzos de dicha organización en la zona incluyen otros proyectos educativos, como el de alfabetización de adultos mayores, y en 2019 lanzarán otro destinado al impulso de los valores, y a eso prevén sumar otros de enseñanza del inglés, y otro más denominado Escuelas Verdes.

Fundación Domenech de igual forma desarrolla junto con ADESOL el proyecto Adopta un Kilómetro, bajo el cual se buscan padrinos para financiar labores de limpieza de desechos sólidos en los 18 kilómetros de la costa.

“Se le da trabajo a la comunidad recogiendo plásticos y todo aquel material reciclable. Hasta la fecha se han levantado 11,600 libras de plástico, 500,000 libras de botellas de plástico y 10,541 libras de vidrio en 14 kilómetros de la Costa del Sol en un año. Se han beneficiado entre 600 y 700 personas dentro del proyecto por el pago de jornales”, acotó.

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El director ejecutivo subrayó que anualmente la fundación invierte $ 146,900 en sus proyectos, independiente de los fondos que llegan con las alianzas.

Para el próximo decenio tienen planes de ampliar los proyectos que ejecutan, por ejemplo capacitar al personal del Complejo Educativo Profesor Reynaldo Padilla en el uso del equipo de laboratorio de Ciencias, fomentar el turismo culinario, fortalecer el centro de cómputo, la creación de la Escuela Verde en toda la Costa del Sol enfocado en que cada centro escolar tenga un programa de recolección de desechos sólidos con retribución.

Otras de las apuestas son incrementar la exportación de artesanías; tecnificar a los artesanos y mejorar la calidad de dichos productos; aprovechar otros elementos del coco, como la estopa y la carne; y generar una investigación sobre la tortuga de carey, además de impulsar modificaciones a la legislación sobre la veda para que haga posible la sostenibilidad de proyectos de conservación de los quelonios.

Medina Arias sostiene que en el proyecto de Pesca Responsable pretenden buscar nuevas alianzas para generar más arrecifes y hacer más acciones educativas en la zona de Jaltepeque; así como lograr diseñar en forma tridimensional las 1,300 piezas arqueológicas que tienen en el museo virtual Toxtli, que fue uno de los primeros proyectos de la fundación.

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