Inmigrantes hondureños arriesgan la vida para cruzar el río Goascorán en su camino hacia Estados Unidos

Los hondureños llevan tres días en la travesía donde han soportado hambre, frío y lluvia. Pero esta mañana, tuvieron que sortear sus vidas para cruzar el río.

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Muchos de ellos, su vida dependía nada más de la cuerda porque no saben nadar. Foto EDH/ Jessica Orellana

Por Marvin Romero

2018-10-18 10:29:55

Nancy, de 19 años, no tiene el suficiente valor de pasar el río Goascorán junto a su hijo Henry de 1 año. El río está crecido y su agua achocolatada baja con regular fuerza. Tiene miedo, pero tarde o temprano lo deberá hacer si quiere cruzar a territorio salvadoreño para seguir su camino hacia Estados Unidos.

La joven hondureña amaneció junto a más de 100 personas del vecino país frente a un pelotón de policías salvadoreños de la Unidad del Mantenimiento y del Orden (UMO), quienes les impiden el paso hacia El Salvador por la frontera El Amatillo, en el departamento de La Unión. Los inmigrantes aseguran que escapan de la pobreza que golpea a las comunidades más vulnerables de Honduras.

La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Chargé Heide Fulton, hizo un llamado a todos los hondureños para que no viajen ilegalmente hacia el país norteamericano. “Si está pensando en emprender el peligroso viaje hacia el norte, no lo haga”, publicó la diplomática en su cuenta de Twitter junto a un video.

Fulton pidió a los hondureños que forman parte de la caravana que que regresen a su país y que no se dejen engañar por falsas promesas de líderes con fines políticos y criminales.

La embajadora enfatizó las palabras del presidente estadounidense sobre la migración ilegal: “cualquier persona que intente ingresa ilegalmente a Estados Unidos será arrestada antes de ser deportada”.

 

 

Sin embargo, los hondureños no quieren desistir. A pesar de que llevan tres días en la travesía, donde han soportado hambre, frío y lluvia; esta mañana, tuvieron que sortear sus vidas para cruzar a través de una delgada cuerda el río que separa Honduras y El Salvador.

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Drama de hondureños, se lanzan al agua del Guascorán para pasar la frontera

Unos 20 hondureños entre hombres, mujeres y niños cruzaron el río Goascorán, después que no pudieron ingresar por la frontera debido a que no portan la documentación requerida. En una caravana pretender llegar hasta Estados Unidos.

A pocos metros de Nancy está Ángel David, un niño de 12 años que viaja junto a su madre. “Yo me voy de mi país, aquí no quiero vivir, porque si me quedo aquí, del hambre voy a morir”, cantaba el pequeño antes de cruzar el río.

Al llegar a las orillas del caudal, los migrantes hondureños comenzaron a organizarse para llegar al otro lado. Unos estaban en contra de realizar la travesía por la fuerza de las aguas, pero la mayoría estuvo a favor de seguir luchando por el ansiado sueño americano.

“Sería una cobardía que no nos pasemos esto, ¿cómo nos vamos a pasar el río Bravo, entonces?”, dijo, con todo el valor del mundo, uno de los más jóvenes mientras se quitaba los zapatos y se preparaba para cruzar.

 

 

Los inmigrantes unieron dos pedazos de cuerda y lograron tensarla en el punto más estrecho. Dos hombres sostenían un extremo del lado de El Salvador y otros dos del lado de Honduras.

La primera en romper el hielo fue una joven que en menos de dos minutos logró la hazaña. “Agárrese, agárrese”, le gritaba el resto desde la orilla hondureña. En el punto en que la corriente era más intensa, todos guardaron silencio.

Cuando la joven logró cruzar, los dos hombres del otro lado la ayudaron. Hubo gritos y aplausos. El valor los invadió y comenzaron a hacer fila para pasar señoras, niños y adolescentes.

Le tocó el turno a Ángel David, el niño extrovertido que cantaba para alejar la tristeza en esta hazaña. Su madre lo encomendó a Dios al momento de cruzar. El niño lo hizo sin problemas, con la naturalidad y agilidad de su corta edad, su madre lo alentaba desde la orilla. “Ese es mi hijo, esa es mi sangre”, le gritaba. Los hombres que sostenían la cuerda también lo motivaban: “Ese es un hondureño webon”, decían.

David, de 12 años, no tuvo miedo a la corriente y se lanzó al agua. Foto EDH/ Jessica Orellana

Luego siguió la señora: “Si él pudo, ¿por qué yo no?”, dijo, y tomó la cuerda con ambas manos. Cruzó lento y a la mitad del camino se detuvo para gritar: “esto lo hago por vos” y dirigió su mirada a la orilla en donde su hijo ya la esperaba.

Otro inmigrante logró pasar pero la corriente le arrebató su pequeño bolso y el agua le llevó todos sus documentos. El peso de la maleta estaba haciendo que se ahogara y decidió soltarla.  “Perdí mis papales, mi ropa, mi dinero. Y lo que más me duele son los números de teléfono de mis familiares en Estados Unidos, no me los puedo de memoria”, aseguró.

Así, a ese ritmo, más de 20 hondureños cruzaron el río. Otros se regresaron hacia su país anunciando que lo harán por otras rutas. Agregaron que en camino hay otro grupo que salió de Tegucigalpa hace un par de horas.