Cinco mujeres en lucha por aprender sus primeras letras

En El Carmen, de Cuscatlán, hay mujeres que asisten a los círculos de alfabetización de adultos buscando cumplir su sueño de aprender a leer y escribir.

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Por Susana Joma

2018-09-15 9:10:23

CUSCATLÁN. Contra todo prejuicio y dificultad Julia Hernández viuda de López, de 62 años de edad, junto a sus hijas María Pedrina, de 43, y Reina, de 40, luchan por aprender las primeras letras, ellas viven en el cantón El Carmen, municipio del mismo nombre, en el departamento de Cuscatlán.

Cada semana y bajo la guía de Jefferson Alexis, un estudiante del centro escolar público de ese cantón, las mujeres toman las lecciones que marca la cartilla del Programa Nacional de Alfabetización (PNA), que impulsa el Ministerio de Educación (Mined).

“Yo no podía leer. Mis papás como eran pobres no me mandaron a la escuela. Dijeron no vas a poder leer, por eso no te voy a mandar”, afirma Julia.

Comenta que le hubiese gustado ir a la escuela durante la infancia. Sin embargo, desde que era niña su vida fue de mucho trabajo. Llegada la juventud se casó, tuvo cinco hijos, y debido a que su esposo murió la situación económica familiar se complicó.

“Yo iba a lavar a Cojute. Si me salían viajes de ir a dejar bultos me iba, sino me iba a la finca a cortar con mi hijo mayor. Para sostener cinco (hijos) uno solo no es fácil. Yo no les pude dar estudio. Ellas (Pedrina y Reina) desean poder leer”, agrega esta habitante del cantón El Carmen.

Explica que Jefferson, quien desde los 12 años de edad es alfabetizador acreditado por el Mined, tiene mucha paciencia para enseñarles a las tres, a pesar de que tienen dificultades para cumplir con la lectura y escritura.

Hoy en día Julia trabaja de lavar ropa ajena y de hacer mandados para sostenerse. Sus hijas hacen lo propio cultivando la tierra para obtener ingresos y ayudar a sus respectivas familias.

Para ir a las clases, que con esfuerzo prepara Jefferson, madre e hijas hacen una pausa en sus quehaceres.

La semana pasada Julia contó que se siente muy feliz porque ya aprendió a escribir las iniciales de su nombre y apellido. Sus hijas también lo han logrado.

Asegura que por mucho que le cueste está dispuesta a continuar esforzándose para mejorar en el aprendizaje de las letras y números.

“Yo lo que les digo a los jóvenes es que se rebusquen (con trabajo). También que vayan al estudio porque es necesario…”, dijo.

María Pedrina, quien da gracias a Dios porque poco a poco va aprendiendo las letras, también dice que seguirá dando lucha para aprender a leer y escribir muy bien. Mientras su hermana Reina invita a otras mujeres que aún no saben leer y escribir a que tomen el reto de aprender porque sí se puede.

Una abuela de empuje
En Concepción, otro de los cantones del municipio del Carmen, María Silvia Valencia, de 51 años de edad, se muestra más que feliz porque ya lee en forma fluida los textos de la cartilla de alfabetización, y además muestra bastante avances con las operaciones matemática básicas, como la suma y resta.

María Silvia, quien es originaria de el Paisnal pero tiene 20 años de residir en ese cantón, explica que está en proceso de alfabetización y en este caso es su propio nieto, Jhony Antonio Arias Valencia, de 16 años, quien la está introduciendo al mundo de las letras.

“El círculo de alfabetización funciona en mi casa. Alfabetiza también a mi hija”, explica María Silvia.

Jhony atiende las clases de su abuela y su madre por la noche, después que llega de la escuela del cantón, en la que estudia noveno grado.
“Con esfuerzo uno puede. Todos dicen que para esta edad uno debe tener paciencia para aprender a hacer las cosas”, explica.

Al igual que Julia y sus hijas, María Silvia no tuvo oportunidad de ir a un centro educativo cuando era pequeña.

“Antes los papás solo a trabajar le enseñaban a uno, y nunca iba a la escuela porque tal vez vivía en lugares lejos, por (el peligro de ) los ríos o las calles (que había que cruzar)”, explica.

Afirma que su nieto, quien tiene planes de convertirse en profesor, las instruye con mucha paciencia.

Para María el no saber leer y escribir le significó muchos problemas a lo largo de su vida, especialmente cuando tenía que hacer trámites que requerían la firma, así que ella solo ponía sus huellas digitales. “Gracias a Dios ahora ya puedo hacer mi firma”, subrayó.

La joven abuela sostiene que si bien el tema de las sumas le resulta un poquito difícil ella seguirá poniendo empeño para aprender más.

“No importa las edades que tengan las personas para aprender a leer y escribir”, aseguró.

Responsables del programa de alfabetización del municipio de El Carmen, que fue declarado libre de analfabetismo el pasado miércoles 12 de septiembre, señalaron que no siempre las personas que se inscriben en los círculos de alfabetización logra la meta de aprender a leer y escribir, muchos se retiran ya sea porque sienten que les cuesta, tienen problemas de visión o no se los permiten sus actividades laborales.

El municipio de El Carmen fue declarado como el territorio número 95 libre de analfabetismo en el país, al alcanzar un tasa de alfabetismo del 97.34% en los pobladores mayores de 15 años.