Desde hace más de dos meses, Kevin Omar Serrano ha hecho sonar fuerte y con buen ritmo al bombo, aunque él nunca lo ha escuchado. La sordera que padece no le ha impedido ser habilidoso para tocar tres instrumentos musicales.
Con entusiasmo, Kevin se ajusta los mazos y toma su lugar en la banda de paz del Centro escolar para sordos “Carlos S. Langenegger”, de Sonsonate.
El estudiante golpea con fuerza el bombo y el sonido que genera marca el paso de una de las marchas cívicas que ha aprendido. Lo mismo hacen sus compañeros con los instrumentos que cada uno sabe tocar.
Las melodías hacen eco en el lugar, los niños y adolescentes que integran la banda de paz deleitan con su música al público. Los jóvenes músicos interpretan diversas marchas y melodías con la ayuda de su instructores, que con el lenguaje de señas transmite las notas musicales a los niños.
“A pesar que no oigo sé que se escucha bien. Para mí la música, tocar los honores a la Bandera es muy significativo. A las personas les digo que los sordos repasando y luchando nos podemos hacer expertos, somos atentos y tenemos habilidades; que no sientan lástima (por nosotros)”, dice Kevin Omar.
Desde hace ocho años, este centro escolar ha participado en el desfile estudiantil con una banda de paz de aproximadamente 25 integrantes.
Las habilidades musicales de la banda de paz de El Progreso
La Escuela Especial El Progreso, de San Salvador, se destaca por su alegre banda de paz, cuyos integrantes participan en cada desfile del 15 de septiembre con mucho esmero y dedicación.
Los instrumentos, la mayoría de percusión, los obtuvieron gracias a un comité de personas altruistas que apoyó la idea de crear la banda.
“El primer año que salimos a la calle lloramos de emoción, porque la gente tenía ese paradigma que los niños sordos son niños enfermos, nos criticaban. Decían que era mentira que los niños de la banda eran sordos”, recuerda Concepción de Palucha, directora del centro educativo.
Para los instructores de la banda no ha sido una tarea fácil, pero lo ven como una satisfacción, ya que consideran que ellos han aprendido más de los estudiantes.
“Ellos son capaces de percibir las vibraciones de los instrumentos, algo que una persona que escucha no lo puede hacer y, gracias a eso, ellos logran comprender lo que les enseñamos”, manifiesta Marvin Lira, uno de los instructores musicales.
La asombrosa forma de hacer música de esta banda de universitarios salvadoreños
Conozca a "The Recycling Band", un grupo de alumnos de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer, que tiene la habilidad de sacarle sonido a algo inservible
Balmore Carranza, director de la banda, llegó al centro escolar a realizar sus horas sociales como instructor de banda. Él enfrentó como un reto enseñar a niños con deficiencia auditiva; con empeño y dedicación ha visto cómo la música ha cambiado la vida de los niños.
“Ellos pueden superarse, son muy concentrados. Yo iba uno por uno enseñándoles, por número se aprenden los tonos, un uno es un toque y así sucesivamente”, explica.
El centro educativo es uno de los cinco especializados en todo el país para niños con sordera, por lo que tienen necesidades de infraestructura y herramientas para darles una mejor calidad de educación a los estudiantes.