Los desfiles del 15 de septiembre son la máxima expresión de la fiesta cívica que se vive en el país. Y uno de los atractivos de esta actividad son las cachiporras que bailan al son de las bandas de paz. Las familas salvadoreñas salen a las calles para ser parte de esta celebración y disfrutar de los coloridos trajes, la música y los bailes que los alumnos realizan durante su recorridos por las calles del país.
Pero el 13 de agosto de 2010 se desató una polémica cuando las autoridades intentaron cambiar esta tradición. El Mined envío una circular a los centros educativos del país en la que pedían a las instituciones “abstenerse” de la participación de cachiporras en los desfiles, una medida que generó diversas reacciones entre funcionarios y la población.
Julia Evelyn Martínez, directora del Isdemu ese año, dijo que la medida debía acatarse como orden. Las autoridades justificaron la prohibición de las cachiporras argumentando que esta práctica exponía a las jóvenes a ser víctimas de abusos, violaciones e incluso caer en redes de trata de personas.
La medida generó mucha polémica. En redes sociales las personas se quejaban diciendo que las cachiporras son parte de la tradición de los desfiles y que no debían prohibir su participación en las actividades del mes cívico. Los instructores y estudiantes amenazaron con desafiar la medida y acudir a la Asamblea Legislativa o a la Corte Suprema de Justicia para que evitar que se ejecutará la orden.
Dos días después, el entonces Presidente de la República, Mauricio Funes, anunció que la medida se posponía y que se iba a aplicar gradualmente. El expresidente dijo en ese momento que en parte se suspendía la prohibición porque ya los padres de familia y centros educativos habían invertido tiempo y dinero.
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Las alumnas del Instituto Nacional Alejandro de Humboldt lograron captar todas las miradas con su presentación
En el 2011, se pidió a los centros educativos que sus cachiporristas desfilaran con trajes más conservadores. A la fecha los trajes se siguen usando con el diseño de tradición.
La iniciativa de prohibir las cachiporras no se escapó del humor del caricaturista de El Diario de Hoy, Ruz.
