Miguel, el chalateco que trabaja duro para graduarse en el MIT

Este joven, del municipio de Chalatenango, inicia este mes el tercer año de la carrera de Química y Biología en este prestigioso centro de estudios de Estados Unidos.

descripción de la imagen
Foto EDH/Cortesía

Por Susana Joma

2018-09-02 9:30:56

Miguel Ángel Aguilar Ramos, el chalateco que estudia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en Inglés), se reta cada día académicamente para convertirse en químico y biólogo graduado de ese centro de estudios, que está ubicado en Estados Unidos y es cuna de destacados científicos.

El joven, quien en 2016 fue aceptado por el MIT y luchó para completar el financiamiento que lo llevara a sus aulas, empezará en septiembre próximo su tercer año de carrera y se muestra lleno de ansias por seguir aprendiendo con los docentes de alto nivel que tiene la citada institución educativa.

Historia de estudiantes
Chalatenango 29-12-16
Miguel Angel Aguilar Ramos de 18 aÒos es un joven talento, quien este aÒo inicio sus estudios en el Instituto Tecnologico de Masachussetts y vino avisitar a su familia la cual vive en el Departamento de Chalatenango.
Foto EDH. Lissette Monterrosa

En una corta visita que realizó al país, a fines de agosto y principios de septiembre, con el fin disfrutar junto a sus padres antes del nuevo periodo de estudios, compartió con El Diario de Hoy algunas de las vivencias acumuladas y sus aspiraciones de corto y mediano plazo.

Para Miguel el día suele comenzar a las 8:00 a. m., cuando asiste a sus clases teóricas que lo mantienen ocupado hasta las 12:00 o 12:30 p m., y según cuenta luego se incorpora a clases en el laboratorio, o se dirige a otro en donde participa en una investigación relacionada con terapias para diabetes tipo I e insulina “inteligente”. Ahí permanece hasta las 6:00 p. m. o 7:00 p. m. cuando enrumba a su dormitorio para preparar su cena, terminar tareas programadas y luego dormir.

“El mayor reto siento que es lograr un buen balance de la cantidad de clases a tomar en un semestre dado, debido a que no hay límite máximo en la cantidad de clases a cursar (hay un límite mínimo)…”, afirma este salvadoreño que forjó su amor por la Química en el Programa Jóvenes Talento de la Universidad de El Salvador (UES).

Cada semestre participa en el Programa de Oportunidades para Investigación de Grado que promueve el MIT, y con el cual busca que sus estudiantes trabajen al lado de doctores y estudiantes de doctorado con el objetivo de ganar conocimientos, habilidades y técnicas en el desarrollo de las Ciencias Naturales.

También

Médico salvadoreño destaca en Florida con la investigación de nuevas tecnologías

El Dr. Romeo Alfredo Majano Laínez se convirtió en el primer compatriota en recibir el galardón “Persona del año”, otorgado por la red hospitalaria Baptist Health South Florida.

Según afirma, la experiencia más gratificante que ha tenido en lo que va de su carrera es tener la oportunidad de recibir clases, así como poder interactuar y relacionarse con profesores laureados internacionalmente con premios Nobel, Wolf o Draper.

“El hecho de asistir a una universidad de tan alto calibre me hace sentir orgulloso de todo el esfuerzo que puse y que sigo poniendo para estar ahí”, subrayó.
Lo que más le gusta del MIT es que en ese ambiente académico todas las personas, entre docentes, administradores académicos, asistentes de clase, compañeros, entre otros, siempre están dispuestas a ayudarle a salir adelante.

“Siempre es posible preguntarle a cualquier persona y generalmente le indican el recurso más indicado para resolver cualquier clase de problema que se puede tener.

Encuentro que esa ayuda desinteresada es la más esencial que se debe tener para que un ambiente sea tan fructífero y provechoso como lo es MIT”, asegura.

A estas alturas de su camino en los salones del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Miguel considera que ha evolucionado de forma significativa. “Siento que he crecido tanto personal como mentalmente, lo que me ha permitido maniobrar mejor todos los aspectos de mi vida, tanto dentro como fuera del MIT”, precisa.

Algunos aspectos en los que considera ha mejorado es en responsabilidad, organización, manejo efectivo del tiempo.

También

Salvadoreña Sandra Hernández, la única mujer piloto en la unidad del desierto de la ONU

La capitán, de 36 años de edad, forma parte del tercer contingente de El Salvador que trabaja en la Misión de las Naciones Unidas en Mali

Como parte de sus estudios ha tenido la oportunidad de cultivar amistad con personas de todo el mundo y visitar otros países con fines académicos.

“He realizado dos viajes. Uno a Chile, donde trabajé como pasante en un proyecto de terapias con células madre y otro en Alemania, donde forme parte de un grupo de estudiantes del MIT que repartía clases en (el área de) las ciencias para la formación bilingüe, en conjunto con la universidad regional Alemana”, explicó.

Es un hecho que sus padres, Miguel Ángel Aguilar y Carla Ramos de Aguilar seguirán animando y acompañándolo en su trayecto hacia el éxito.

Así sus progenitores no quitan el dedo del renglón y le prodigan consejos. “Creo que eso no ha cambiado mucho (con respecto) a los primeros días que estuve aquí. (Dicen) que me porte bien, que vaya a clase, ponga atención, que entregue todas mis tareas y que esté pendiente de todo”, cita.

En sus últimos años de carrera al joven le gustaría explorar un poco más otras áreas de la ciencia, quizá incluso tomar una clase de idiomas.

“Idealmente, me gustaría continuar mis estudios en la ciencia para poder obtener un doctorado en Química”, afirma al consultarle sobre sus proyectos.