Tacuba quiere rescatar su tradición de los Farolitos

La tradición inició en el siglo pasado; pero se perdió cerca de 40 años después, porque fallecieron quienes mantenían la devoción.

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Por Cristian Díaz

2018-08-31 10:30:54

A Berta Julieta Saldaña viuda de Hidalgo, de 84 años, le brillan los ojos cuando habla sobre la historia de su natal Tacuba, a pesar de que actualmente reside en Ahuachapán, la cabecera departamental.

A la octogenaria le emociona saber que en dicho municipio están tratando de rescatar la celebración de los Farolitos, una tradición que se dejó de realizar durante varias décadas, principalmente, por la muerte de los más adultos y la migración de las personas, quienes eran los que mantenían dicha vocación.

La misma surgió debido a un fenómeno natural, como ocurrió en el municipio de Ahuachapán, ya que se le atribuye a un terremoto y a la celebración de la víspera del nacimiento de la Virgen María.
Esta última versión es la más aceptada entre la feligresía católica.

Sin embargo, en Tacuba, surgió luego que el 7 de junio de 1934 inició un fuerte temporal, que azotó la zona. El mismo iba acompañado de vientos que no permitían mantener encendidas las candelas y candiles con los que se alumbraba la población, ante la falta de energía eléctrica, en ese entonces.

“Pasaron tres días a oscuras porque fue grande la lluvia, con viento. Botó todas las casas de bahareque y de adobe, solo quedaron las casas en que las paredes tenían un metro de ancho, las casas antiguas”, relató Saldaña.

Los tacubenses jamás imaginaron que tres meses después se repetiría la historia, pues un nuevo huracán azotó la zona, dejando a oscuras a las familias, otra vez.

Fue entonces que los católicos comenzaron a clamar, un 7 de septiembre, a la Virgen de la Merced, para que la lluvia se calmara; y así ocurrió.

Sin embargo, para alumbrarse se les ocurrió elaborar farolitos, ya que estos no permitían que las velas se apagaran con los vientos; pero no ocupaban grandes cantidades como ocurre actualmente en algunos municipios, que han retomado la tradición.

Por ejemplo, solo era colocado uno en la puerta y otro en la ventana.

Como agradecimiento, por su intercesión para que cesara la lluvia, los tacubenses colocaban faroles en las fachadas de sus casas cada 24 de septiembre, que es la fecha cuando se celebra a la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes, que es una advocación mariana.

El hijo de doña Berta, el profesor Hugo Hidalgo, quien trabaja en el tema cultural en Ahuachapán, señaló que inicialmente fue a la Virgen de la Merced a quien celebraba la feligresía; sin embargo, con el paso de los años fue a la Virgen María Niña, aunque no precisó la fecha de ese cambio.

En Tacuba se mantuvo la tradición de celebrar la víspera del nacimiento de la Virgen Niña hasta inicio de la década de los setenta, pues las personas que mantenían la devoción comenzaron a fallecer y sus descendientes dejaron de realizarla. Otros migraron hacia otros municipios o salieron del país.

Personas que no quieren que la tradición muera retomaron la celebración apenas hace tres años, logrando la aceptación de las personas que se habían olvidado de que Tacuba también llegó a celebrar el día de los Farolitos.

Doña Berta recordó que en 1972 fue a residir a San Salvador, regresando a su municipio natal en 1994; pero para ese tiempo y mientras estuvo ausente, ya no se escuchó más de la celebración. En 2008 se trasladó a vivir a Ahuachapán, donde conoció que la tradición también se celebraba y no dejó pasar la oportunidad para sumarse a los cientos de feligreses católicos.

Desde entonces, cada año ocupa, junto a su hijo, más de 200 farolitos para adornar la fachada de su casa, en el barrio Las Flores, y hacer un altar en honor a la Virgen María Niña.

“El enfoque que le damos, y no lo perdemos, es el de la Virgen. Mi mamá es la encargada de hacerle el vestido a la Virgen porque todos los años estrena ese día”, dijo el profesor Hidalgo.