Un nuevo testigo presentado por la Fiscalía General en el caso Carla Ayala confirmó en su declaración judicial que en la fiesta de fin de año en el desaparecido Grupo de Reacción Policial (GRP) se rifó botellas de licor, celebración que terminó con la desaparición y homicidio de la agente Ayala, cuyo cuerpo sigue sin ser encontrado.
Se trata del agente de la Policía que estaba destacado como motorista del subcomisionado Julio César Flores Castro, quien fuera el último jefe de la referida unidad policial y actualmente está detenido implicado en el mismo caso.
El testigo relató que la mañana del 28 de diciembre pasado, él tenía que haber salido de licencia (de permiso) por cuatro días, pero se quedó en el grupo para ayudar en la organización de la referida fiesta.
Confirmó que ya en la fiesta se rifó canastas navideñas, vales de compras y también botellas de licor selladas. Aseguró también que el subcomisionado Flores Castro reunió al personal de la unidad a las diez de la mañana de ese día para decirles que iban a rifar botellas de licor, pero que “estaba prohibido beber adentro de las instalaciones”.
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Relató que observó cuando llegó el entonces agente del GRP, Juan José Castillo Arévalo, de indicativo “Samurái” en el patrulla del GRP a las instalaciones de la referida unidad y que este le dijo al centinela que estaba en la entrada del GRP: “aquí están las llaves del patrulla” y se las tiró desde afuera del puesto de guardia.
Señala el testigo que él le preguntó a Samurái qué era lo que pasaba y él le respondió: “ya me aburrí de esta mierda, mañana vengo a entregar mis cosas” y luego se despidió de él con un “ay nos vemos”.
El centinela pedía apoyo por medio de radio de comunicación porque acababa de llegar Samurái: “Equipo, equipo, aquí está”, en referencia a Samurái. “Tópenlo, tópenlo”, le decía por radio a sus colegas.
En ese momento, dice que Samurai le dijo al guardia: “yo ya no soy policía y me voy de esta mierda”. De inmediato comenzó a caminar y luego a trotar.
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Ante la vista de otros miembros de la corporación policíal, el agente del GRP Juan Josué Castillo Arévalo, aparentemente bajo los efectos de bebidas embriagantes, la lesionó de bala y se la llevó del lugar en una patrulla policial.
El testigo aseguró que no sabía ni se dio cuenta por qué los agentes del GRP no capturaron a Samurái.
Su exjefe, el subcomisionado Flores Castro, guarda prisión desde el 8 de junio pasado bajo los cargos de incumplimiento de deberes.