Alumnos del técnico de Conchagua con problemas para hacer prácticas; no tienen insumos

Muchos jóvenes se inscriben al bachillerato técnico en El Jagüey porque eso les capacita para poner su propio negocio o buscar trabajo.

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Foto/ Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2018-07-09 7:30:57

Los docentes del Bachillerato Técnico Vocacional Agropecuario del Complejo Educativo Cantón El Jagüey, de Conchagua, tienen dificultades para realizar las clases prácticas, que deben impartir a sus estudiantes debido a la falta de herramientas o insumos.

Para los alumnos, estudiar un técnico es la oportunidad que tienen para entrar a la vida productiva al terminar sus estudios de bachillerato, ya que muchos no ingresarán a la universidad; así que con lo aprendido en el instituto pueden emprende un negocio o buscar un empleo.

Los bachilleres estudian por módulos, en los cuales aprenden sobre crianza de peces en estanques, cultivo de hortalizas, producción de huevos y pollos, y elaboración de embutidos del pescado conocido como jurel.

La institución recibe apoyo de la Fundación de Desarrollo del cantón El Tamarindo (Fundatamarindo), la cual asume el pago de los técnicos que imparten clases para las especialidades de acuicultura y el área de hortalizas.

Sin embargo el centro educativo debe pagar los insumos como concentrado para alimentar los peces, fertilizantes y semillas, además de herramientas de trabajo.

Además el centro educativo no tiene fondo del Ministerio de Educación asignado para el bachillerato técnico; solo recibe un bono para toda la institución.

foto/ Insy Mendoza

El bono anual que le entrega Educación es por 1,800 dólares anual, que deben ser usados en reparaciones menores, compra de material didáctico, mantenimiento de infraestructuras y compra de insumos.

Pero solo el bachillerato técnico, utiliza en dos módulos un monto estimado de $800; lo cuál aún resulta insuficiente; según docentes.

El director de la escuela, Jorge Araniva, explicó que la institución no cuenta con la materia prima que necesitan los estudiantes, no hay un aula adecuada para trabajar en los emprendimientos del embutido y el procesamiento de los pollos.

“Hay épocas que sacamos poca producción de tilapias porque, al no tener todas las condiciones, se perdió buen número de peces, por la falta de alimento. No teníamos para comprar”, dijo Araniva.

Ha habido ocasiones en que los alumnos y docentes compran los materiales que necesitan.

El director expuso que la institución lucha por impulsar el emprendimiento a través del bachillerato, porque hay muchos jóvenes que no tienen la oportunidad de continuar con los estudios o no encuentran trabajo; pero pueden tener la oportunidad de establecer un pequeño negocio en la comunidad.

La docente, Lisset Molina, explicó que en el bachillerato funcionan las áreas de procesamiento, hortalizas, producción avícola, acuícola, y porcina; los cuales se trabajan en siete módulos; impartidos desde primer año de bachillerato hasta el tercero.

Molina manifestó que es necesario enseñarles a los alumnos cómo aprovechar el pescado y elaborar chorizos de jurel.

“Los muchachos están aprendiendo y no tenemos nada industrial para hacerlo, pero tenemos las esperanza de ganar unos fondos en un concurso de emprendimiento y así invertir en la compra de herramientas”, comentó.

Hay un aula en la que docentes enseñan como hacer los embutidos, el proceso lo hacen de forma artesanal; ellos necesitan comprar los equipos y acondicionar un espacio para mejorar la calidad de la enseñanza.

“Tengo dos años de estar trabajando en la escuela, mi salario lo paga la fundación Fundatamarindo, quienes nos apoyan también con otras necesidades que nosotros le presentamos, ya sea como escuela o comunidad”, agregó Molina.

La docente técnica, Johana Salmerón, explicó que ella trabaja en la producción de hortalizas y en zootecnia, pero no cuentan con las bases para trabajar con las especies mayores que incluyen las reses, cerdos; por eso sus lecciones en esa área se limitan a teoría y las prácticas deben hacerla con los ganaderos de la zona y visitas a las granjas porcinas.

“A pesar que no tenemos las instalaciones y herramientas adecuadas, tratamos de que ellos sepan el manejo básico que le deben dar a cada cadena productiva, ya sea en el área de peces, gallinas ponedoras, hortalizas y en la parte de comercialización”, agregó Salmerón.

De acuerdo con el docente Mario Hernández, el centro educativo necesita uno 60 mil dólares para crear las condiciones, herramientas y los insumos que requiere el bachillerato técnico.

“Hace siete años se compraron algunos equipos artesanales, no se ha vuelto a renovar. Es una gran necesidad que el ministerio nos asigne más recursos para el bienestar de los jóvenes”, agregó.

Para la elaboración de embutidos necesitan una batidora industrial, una picadora de carnes, refrigeradores para almacenar el producto, botas, mesas de metálicas y un aula acondicionada con las medidas de higiene.

La producción del chorizo, pollo, huevos, tilapias y hortalizas es comprado por la misma comunidad; y esos fondos les ayudan un poco para la sostenibilidad del proyecto.

El Complejo Educativo Cantón El Jagüey tiene 453 alumnos, desde parvularia hasta bachillerato.