Sabas, el escultor que quiere dejar huella en el país

Un escultor de Apastepeque, San Vicente, y un poeta capitalino, han emprendido un proyecto en el que pretenden visitar todos los rincones de El Salvador para hacer demostraciones del proceso de creación de una escultura en rústicos troncos de árboles y dejar en los jóvenes un mensaje de superación.

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José Sabas Gómez, escultor de madera de Apastepeque, viajó hasta Santa Ana para mostrar su trabajo a estudiantes de un centro escolar. Foto/ Huber Rosales

Por Huber Rosales

2018-06-02 7:29:43

La hora recreativa del Complejo Educativo Dr. Alberto Luna, en San Sebastián Salitrillo del departamento de Santa Ana, se convirtió en una mañana cultural para los estudiantes que fueron testigos de cómo trabaja el artista escultor José Sabas Gómez, de Apastepeque, San Vicente.

Sabas Gómez se ha convertido en una celebridad en su ciudad natal por su habilidad de tallar figuras humanas en troncos de árboles usando una motosierra y otros instrumentos. El eco de su arte ha llegado hasta otras ciudades del país donde se le ha invitado a trabajar en esculturas que se convierten en monumentos, tanto para clientes privados como para las municipalidades.

El eco de su arte ha llegado hasta varias ciudades del país donde ha realizado esculturas para clientes privados y municipalidades.
Foto/ Huber Rosales

“Dedicamos este espacio para que nuestros estudiantes pudieran observar al artista José Gómez, para apreciar el trabajo y destreza de un artista que no es común verlo y él se tomó la buena disposición de venir a nuestro centro de estudio para compartir con nuestros muchachos su talento”, expresó Hugo Vega, director del Complejo Educativo.

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Es el primer trabajo del proyecto “Dejando una Huella”, el cual surge a través de la iniciativa de esculpir un tronco de un árbol, de cualquier tamaño, en todo aquel lugar del país donde sea posible llegar y poder y dejar tras de sí su obra de arte. El poeta Alex Campos, originario de San Salvador, es el gestor en gran parte de este proyecto.

Para el escultor llevar la cultura a las escuelas y a la población en general es un gran paso para inspirar a los jóvenes.
Foto/ Huber Rosales

Este es el primer paso, expresó Sabas. “Fue una satisfacción tan grande para mí el tener a todos esos niños y jóvenes observando mi trabajo, se me salieron las lágrimas de emoción; pero nadie se dio cuenta porque se confundieron con el sudor de mi frente. Nunca pensé que mi locura llegara tan lejos y mostrar mi capacidad como artista”, dijo el creativo escultor.

Los estudiantes, desde el más chico hasta el más grande, observaron cada paso hasta terminada la obra que fue tomando forma desde que salió el sol hasta el atardecer.

Para el escultor y el poeta, llevar la cultura a las escuelas y a la población en general es un gran paso para inspirar a los jóvenes para que impulsen su desarrollo personal.

 

Cada persona tiene dentro de sí un potencial, así como un tronco rústico esconde una escultura atrapada en su interior y que el escultor es capaz de visualizar. Pero a veces, por sus condiciones y circunstancias, no lo pueden desarrollar porque ni siquiera se dan cuenta de sus talentos.

Según Sabas Gómez, él está seguro que el proceso del trabajo quedará grabado en la mente de cada joven para toda su vida.

Uno de los requisitos del proyecto es que la obra debe de ser bien resguardada para que perdure en el tiempo, de lo contrario se deteriorará. Otra de las condiciones es que los que solicitan la demostración artística deben proporcionar combustible para su transporte y la motosierra, alimentación y una placa de reconocimiento para el artista.

La pieza que fue creada en San Sebastián Salitrillo fue bautizada como “El niño lector” y mide 1.60 metros de altura.

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Las visitas a los centros escolares son parte del proyecto “Dejando una Huella”. Foto/ Huber Rosales

El Artista ya tiene otras tres propuestas a desarrollar y de esa forma seguir con el proyecto Dejando una Huella.

La segunda pieza a elaborar será en la Asociación Nueva Vida Pro Niñez y Juventud, conocida como la FUNDA, ubicado en el barrio Paleca de Ciudad Delgado. También ya están invitados para luego visitar Santiago Nonualco, en La Paz; Apancoyo, en la Libertad, además de otras invitaciones en Sonsonate y en oriente.

Contó que este mes recibirá un reconocimiento, por parte de la Universidad de El Salvador, por su labor a la enseñanza de su obra artística.

La pieza que fue creada en San Sebastián Salitrillo fue bautizada como “El niño lector” y mide 1.60 metros de altura. Foto/ Huber Rosales